Como alfa y omega

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"No sabía que te gustaban estos juegos, demonio". Le dijo, con una sonrisa picarona.

"Yo tampoco lo sabía...". Opinó mientras terminaba de atarle las muñecas cruzadas de contra el respaldar de la cama.

Acercó su hermoso pero duro rostro al de Kaji y le dijo, acariciándole suavemente la mejilla.

"Tú me provocas hacer cosas que nunca soñé hacerle a nadie, Kaji-chan... A veces quiero tenerte cerca y otras veces quiero hacerte desaparecer de mi vida por esa razón...".

Kaji se rió.

"Es lo mismo que siento por ti, demonio, te amo y te odio al mismo tiempo... Por tu culpa hice cosas que nunca pensé hacer antes".

"Lo sé...".

Y se besaron. Un beso cariñoso y sincero.

Kaji estaba de espaldas sobre la cama, vestido con una camisa celeste, pantalones azules de vestir y media negras, completamente entregado a su seme. Michiko estaba vestida con unos pantalones de jeans y una blusa suelta color crema. Una ropa casual que solamente usaba cuando no trabajaba en el hospital.

Ella estaba arrodillada sobre él, besándolo y acariciando su cuerpo, gozando su completa entrega. Él le respondía los besos, gimiendo un poco, inquieto. Sentirse preso por ella, pertenecerle, lo enloquecía de placer.

"¡Dios! ¡Estás tan caliente! ¡Cómo me enciendes!". Exclamó Michiko, comenzando a desabotonarle rápidamente la camisa mientras iba besándo y lamiendo su cuello y el pecho, mordisqueando los ya erectos pezones de su omega, que no paraba de retorcerse de placer y lujuria.

"¡Ay, mierda!". Kaji hizo la cabeza a un lado, estremeciendo todo el cuerpo y cerrando los puños con fuerza.

Michiko volvió a besarlo en la boca mientras llevaba las manos hacia el pantalón de Kaji y se lo desabrochaba, siempre subida sobre él. Dejó de besarlo y le sonrió mientras se miraban a los ojos. Había una especie de súplica silenciosa en la mirada de Kaji, ansioso por recibir su amor. Entonces Michiko retrocedió, con las manos en los pantalones, bajándoselos lentamente junto a la ropa interior y finalmente se los sacó con ayuda de Kaji, que alzó una pierna y luego la otra, sin dejar de ver cada movimiento que ella hacía, excitándose muchísimo.

Michiko tiró la ropa hacia un costado de la cama y se quedó sentada sobre sus talones, a los pies de Kaji. Lo miró y sonrió, lujuriosa. Ver el cuerpo semidesnudo de su omega mientras estaba atado, a su merced, la calentaba como nunca. Entonces se agachó, tomándole uno de los pies y le sacó la media, comenzando a chuparle apasionadamente los dedos, uno por uno, provocando que él volviera a retorcerse de placer, inquieto.

"¡Ca-carajo! ¡Ah! ¡Dios! ¡Me vuelves loco, maldita perra!".

"¡Oye! ¡Pero qué atrevido eres, idiota!". Michiko fingió estar molesta. "Te daré más motivos para insultarme, tonto".

Y le sacó la otra media y siguió chupando cada dedo de los dedos de ese pie, disfrutándolo enormemente al igual que él.

Luego de un rato, Michiko volvió a sentarse, y mientras ambos se miraban a los ojos, sintiendo mucha lujuria, metió la mano por debajo de la blusa, por detrás, y se desabrochó el sostén y se lo sacó por una de las mangas con gran habilidad, siempre sonriéndole, dejando sus senos libres bajo la blusa, y luego se sacó el pantalón junto con la ropa interior, quedándose completamente desnuda de la cintura para abajo. Kaji no se había perdido ni un detalle, embobado por la salvaje belleza de su amante.

Entonces, Michiko se acomodó a un lado de él, arrodillándose.

"Abre las piernas". Le ordenó, y él obedeció, abriéndolas lenta y tímidamente, sin dejar de mirarla a los ojos, y entonces ella se agachó para comenzar a besarlo apasionadamente en la boca mientras llevaba la otra mano hacia el ano de Kaji, comenzando a jugar con él, utilizando los dedos, haciendo círculos y metiéndole poco a poco la punta del dedo índice, comenzando a dilatar lentamente su entrada, y como todo buen omega, el recto comenzó a lubricarse naturalmente.

DOCTORA XXX MICHIKO DAIMON. MI RIVAL, MI OMEGA, MI AMANTE... OTRA VEZ (Doctor-X)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora