Sed y hambre

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Quiero hacerlo mio ya... Pensó su sádico lado alfa, apretando aún más las muñecas de Kaji, observándolo con una hambre de lujuria que nunca antes había sentido.

Al verla así, Kaji abrió enormemente los ojos, asustándose. Aquella no era la Michiko que él había conocido años atrás, ahora parecía mucho más salvaje que antes, sin una pizca de aprecio por él, y se le partió el corazón en dos al saber que aquella a quien había amado con toda su alma, la madre de sus mellizos, jamás iba a regresar, así que finalmente perdió la cabeza, destrozándosele el corazón.

"¡Quítate de encima mio, perra!". Le dijo, empujándola, dejándola sentada en el suelo.

"¡Oye, tonto! ¡Ten más cuidado!". Se quejó Michiko.

"¡Cierra la boca, idiota!". La apuntó con el dedo, furioso y con los ojos arrasados por las lágrimas. "¡Te esperé por 5 años, tonta! ¡¿Y cuando por fin te apareces por aquí dices que no recuerdas absolutamente nada?! ¡Eres una maldita hija de perra insensible y egoísta, Michiko Daimon!". Y le dio la espalda, huyendo de allí, corriendo hacia la salida del parque.

"¡Oh! ¿Pe-pero qué mosca le picó?". Michiko estaba completamente sorprendida, no lograba entender absolutamente nada.

"¿Qué pasó?". Le preguntó Hiromi, que había corrido hacia ella, ayudándola a ponerse de pie.

"No sé, de pronto dijo puras tonterías...".

Michiko se quedó mirándo hacia la salida, confundida.

Minutos después, la madre de Kaji recibió un mensaje de él diciéndole que le había surgido una emergencia y que ya no podría seguir acompañándolos por el resto del día y que luego regresaran con cuidado a casa.

Los mellizos se entristecieron por eso, pero pronto lo olvidaron con ayuda de su abuela, Akira, Hiromi y Mai, que se preocuparon por hacerles pasar un buen rato.

Ninguno de ellos se dio cuenta, sino hasta más tarde, que Michiko también se había marchado de allí sin decirle nada a nadie.

"Ese idiota... Ahora me saldrán moretones en las rodillas... ¡Con lo hermosas que son mis piernas!". Se quejó Michiko, sobándose las rodillas golpeadas mientras caminaba por la acera llena de gente que iba y venía por el centro de aquella parte de la gran ciudad de Tokio, buscando a Kaji. "¡Esta me las pagará! Ya verá cuando lo encuentre...".

Mientras caminaba, recordó lo que Hiromi le había contado sobre él y sus hijos cuando estaban paseando en el carrusel.

"Oye... ¿Quién es la madre de esos mocosos? No puedo imaginarme a la mujer que tuvo el mal gusto de ser su pareja...". Le preguntó con cara de asco, inclinándose sobre su caballo hacia su amiga, curiosa, mientras observaba a Kaji conversar con Akira en el banco.

Hiromi se alzó de hombros, aferrada a las cuerdas de su propio corcel.

"Nadie lo sabe. El doctor Kaji nunca dijo quién es la madre.de los mellizos. Hace 5 años pidió una licencia anual, regresó al trabajo y después se casó y se divorció al poco tiempo. Todos creímos que fue por infidelidad de parte de él, porque...". Miró a Michiko con picardía. "todos sabemos que los hombres son muy... rapiditos". Volvió su atención hacia Kaji. "Luego nos enteramos que Kaji-san tenía hijos, unos mellizos adorables, que fueron el motivo de su divorcio porque eran hijos de otra mujer y lo había mantenido oculto hasta ese momento. Koji-chan y Dai-chan viven con su abuela en la ciudad natal del doctor Kaji y vienen a visitarlo de vez en cuando o él va a visitarlos cada vez que puede...". Hiromi sonrió llena de admiración. "Kaji será un sujeto detestable, presumido e hipócrita, pero resultó ser un gran padre soltero, se nota que adora a sus hijos y sólo trabaja para ellos... Pero no entiendo por qué trató de ocultar el hecho de que tenía hijos".

DOCTORA XXX MICHIKO DAIMON. MI RIVAL, MI OMEGA, MI AMANTE... OTRA VEZ (Doctor-X)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora