Las consecuencias de estar marcado por una alfa

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Pasaron algunos días y Kaji casi siempre se levantaba por las mañanas sintiendo muchas náuseas y hasta a veces vomitaba. Él quería creer que algo le había caído mal al estómago y no lo otro porque lo consideraba una absoluta locura.

Como el olor del café había comenzado a revolverle el estómago, evitaba tomarlo, sobre todo frente a los ojos de halcón de Michiko, que no dejaba de vigilarlo mientras estaban trabajando en el hospital. Pero lo que más había comenzado a preocuparlo en verdad, era que, por más que lo intentara, no podía tener relaciones íntimas con su prometida.

Una noche, luego de haber salido a cenar con ella, y luego de haber ultimado los detalles de la boda que se celebraría en menos de un mes, él y su novia Mineko estaban muy cariñosos en el sillón del elegante y moderno departamento de ella. Mientras se besaban apasionadamente, Kaji la abrazaba por la esbelta cintura y ella lo tenía abrazado por el cuello.

"¡Dios! Eres tan caliente, Mineko-chan...". Murmuró contra el cuello de su novia mientras comenzaba a apretarle con las manos los senos y el trasero, recorriendo también sus piernas, metiendo las manos bajo la falda, haciéndola reírse y jadear al mismo tiempo.

"¡Ay, Hide-chan! ¡No digas esas cosas que me avergüenzas!". Mintió, sólo para mantener el decoro, pero disfrutando enormemente de esas caricias y halagos de parte de su prometido.

Kaji se rió sin dejar de besar el hombro desnudo de Mineko. Ya le había desabotonado bastante la blusa blanca y había expuesto su hermoso seno y su sexi lencería, provocando que él se excitara aún más, inclinándose más sobre ella, metiéndole la mano bajo la falda para comenzar a frotar suavemente la entrepierna de su novia, que ya comenzaba a calentarse y a ponerse muy colorada mientras él comenzaba a besarle apasionadamente los pechos.

"¡Oh, Hide-chan! ¡Hazme tuya ya!". Le pidió, ansiosa, tirándo la cabeza hacia atrás, inclinándose de espaldas sobre el resto del sillón, abriendo las piernas mientras él se acomodaba sobre ella sin dejar de besarla y acariciarla desbordando de pasión. Y mientras continuaban besándose, ella le bajó la cremallera del pantalón mientras él le bajaba la ropa interior, disponiéndose a penetrarla, pero, de repente, a Kaji le estalló un terrible dolor de cabeza, haciéndolo quejarse de dolor, apartándose de Mineko para quedarse sentado a su lado.

"¡Ouch! ¡Mierda! ¡Duele!".

"¿Qué te pasa, amor?". Le preguntó ella mientras se abotonaba la blusa, mirándolo muy preocupada, sentándose a su lado.

"¡No sé! ¡De pronto comenzó a dolerme terriblemente la cabeza!".

"¡Oh! ¿Pero qué dices?". Puso los brazos en jarra, frustrada. "¡Esas excusas las usamos nosotras las mujeres, Hideki! Lo que pasa es que ya no te parezco atractiva, ¿verdad? ¡Ya no me quieres hacer el amor! ¿Es que ahora te parezco vieja y gorda? ¡No quiero ni imaginarme cómo me tratarás después de que nos casemos!".

"¿Eh? ¿Pero qué carajo dices?". La fulminó con la mirada, ofendido y muy enojado, sin quitarse las manos de la cabeza. "¡No digas estupideces, Mineko! ¡En verdad me duele la maldita cabeza, tonta!".

"¡Oh! ¿Y encima te enojas conmigo y me insultas? ¡En verdad quería pasarla bien esta noche contigo ahora que por fin ibas a tener algo de tiempo para mi, pero siempre te excusas por tu trabajo y ahora porque te duele la cabeza! ¡Nunca quieres hacerme el amor! ¡En verdad eres un maldito y mezquino egoísta, idiota! ¡No quiero verte nunca más!". Terminó de decir, poniéndose de pie y comenzando a recoger las pertenencias de Kaji, tirándoselas a la cara. "¡Vete de aquí! ¡Te odio, Kaji Hideki!".

"¿Eh? ¡P-pero, Mineko-chan...!". Kaji quiso quejarse, disculparse, poniéndose de pie, pero ella lo tomó del brazo y lo llevó a la fuerza hacia la puerta del pasillo, la abrió y lo empujó hacia afuera, cerrándole la puerta en la cara cuando él intentó ingresar de nuevo al departamento.

DOCTORA XXX MICHIKO DAIMON. MI RIVAL, MI OMEGA, MI AMANTE... OTRA VEZ (Doctor-X)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora