Siempre estaré ahí para ti, mi amor..., siempre...

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Era el 2017, Kaji estaba petrificado por la terrible noticia que acababa de escuchar... ¡Su amada rival estaba enferma de cáncer! Aún no podía creerlo y no sabía cómo reaccionar, las imágenes de diagnostico, colgadas en las pizarras de luz, no mentían: era un cáncer mortal, agresivo y casi imposible de operar.

Desvió la mirada de aquellas imágenes y volvió a poner sus ojos oscuros sobre Michiko, ella se veía como si nada, muy seria, como siempre se portaba cuando estaba frente a gente que no le caía bien.

Él, ella, Akira Kambara, el joven cirujano de 29 años, admirador de Michiko, Naoyuki Nishiyama, el doctor Ebina y el director general Hiruma, todos estaban en el despacho de éste último, todos sorprendidos, menos el mánager de Michiko, cuyo rostro demostraba toda la preocupación y dolor que sentía por su querida pupila enferma.

Él y ella habían ido a exponer su caso y su razón por la que Michiko no iba a poder operar al director ejecutivo Uchikanda, el padre desconocido de Nishiyama.

Más tarde aquel mismo día, Kaji la esperó cerca de la salida del hospital, pero no pudo hablar con ella en privado, se estaba yendo con Hiromi y Michiko tenía cara de muy pocos amigos, así que no tuvo el valor de acercarse a ella.

Kaji había regresado a Tokio el día anterior, el director general Hiruma le había pedido que regresara para que convenciera a Michiko de realizarle la cirugía a Uchikanda, un hombre sin escrúpulos que le había hecho las cosas difíciles a Michiko aquel año en el hospital.

Michiko ya llevaba varios meses trabajando allí luego de su año sabático y no se había vuelto a ver de nuevo con Kaji desde el día en que él se había marchado a otra ciudad después de que Akira lo engañara con el asunto del hospital embrujado.

Un tiempo después de su partida, extrañamente Michiko había dejado de comunicarse con él y no respondía a sus llamadas. Kaji no sabía qué pensar y hasta se había enojado con ella, pero ahora entendía por qué: ella estaba gravemente enferma, y como la mujer orgullosa que era, no le iba a demostrar a nadie su debilidad. ¡Era por eso que lo había tratado tan mal la noche anterior cuando había ido a visitarla y a convencerla de operar a Uchikanda! Michiko era muy orgullosa y odiaba que sintieran lástima por ella.

Después de haber terminado su jornada laboral y con todo el departamento de cirugía revolucionado con la mala noticia acerca de su compañera, Kaji fue directamente a ver a Akira para pedirle explicaciones, desesperado. Al llegar a la casa de Michiko, se dio cuenta que ella ya había llegado y estaba discutiendo con su mentor, así que se apoyó de espaldas contra la puerta y trató de escuchar lo que decían.

"¿Por qué no me lo dijiste antes, Michiko? ¡Debiste haberme dicho que estabas enferma! ¡Hubiera pedido ayuda inmediatamente! ¡Si no fuera porque te desmáyaste frente a la doctora Jonouichi cuando estaban de compras en esa tienda de ropa, jamás nos habríamos enterado hasta que fuera demasiado tarde! ¡Y ya casi es demasiado tarde! ¿En qué estabas pensando, tonta?". Le decía Akira, sentado en una de las sillas de la mesa de Mahjong, desesperado y con los ojos llenos de lágrimas. Michiko estaba sentada en uno de los sillones, con los brazos cruzados, muy enojada.

"¡Aaaaaaaaaaaiiiiiiiiiiisssssssssssssssh! ¡Akira-san! ¿Hasta cuándo va a decirme lo mismo una y otra vez? ¡Ya basta! ¡Por eso no quise decirle nada a nadie!".

Akira siguió, molesto.

"¡No! ¡No me callaré! ¡Ya pedí turno en una prestigiosa clínica privada en los EE UU con unos cirujanos especialistas en su campo! ¡Nos iremos mañana mismo y recibirás tratamiento inmediatamente!".

"¿Qué? ¡Pero mañana tengo que hacer la cirugía de Uchikanda!".

"¡No! ¡No lo harás! ¡Tu vida está primero! ¿Es que no lo entiendes, Michiko? ¡No quiero perderte! ¡Por favor, hazme caso por primera vez en tu vida! ¡Vamos mañana a los EEUU! ¡Quiero que vivas! ¡Te lo ruego! ¡Te lo pido por favor! Aquí no hay nadie que pueda ayudarte... Por favor... Te lo suplico...". Y se puso a llorar desconsoladamente, conmoviendo a su pupila, que se levantó de su asiento y fue a abrazarlo con todas sus fuerzas, llorando con él.

DOCTORA XXX MICHIKO DAIMON. MI RIVAL, MI OMEGA, MI AMANTE... OTRA VEZ (Doctor-X)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora