Aclarando las cosas

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Michiko y Kaji estaban sentados una al lado del otro sobre la gran mesa oval de conferencias, con las manos juntas entre las piernas mientras las balanceaban, suspendidas sobre el suelo, como si fueran un par de niños, pero con sus rostros maduros luciendo el desconcierto.

"De modo que todo fue un tonto malentendido entre nosotros... Serás, tonta, demonio, colocar un número al revés... Sólo a ti puede pasarte...".

"¿Y qué me dices de ti? Lo primero que hiciste fue pensar mal de mi y te fuiste, prejuicioso... Siempre fuiste un malpensado...".

"Eso es porque siempre actúas sospechosamente, demonio".

"Para que sepas, yo soy muy sincera y me importa muy poco lo que opinen los demás de mi, tonto". Sacudió los hombros con orgullo, poniéndose bien derecha, levantando el mentón.

"Eso ya lo sé, tonta".

"Idiota".

"Imbécil".

"Estúpido".

"Distraída".

"Prejuicioso".

 Y los dos terminaron por reírse con aquel juego de palabras y nuevamente se quedaron en completo silencio por varios minutos, balanceando tranquilamente las piernas, ya más relajados.

"Y... ¿Qué vamos a hacer ahora, demonio?". Preguntó Kaji, siempre con la mirada al frente.

"¿Eh? ¿Qué quieres decir con eso?". Lo miró.

Él volvió el rostro hacia ella y le sonrió, haciendo un corazón con las manos contra su pecho, sorprendiendo a Michiko. Muy pocas veces lo había visto sonreírle sinceramente y menos haciendo monerías cursis sólo para ella.

"¿No quieres ser mi novia, demonio?". Fue la sorprendente propuesta.

"¿Eh?". Michiko parpadeó, sorprendida.

"¡Vamos, demonio! ¡Di que si! ¿Si?". Insistió, regalón, ladeando la cabeza hacia un costado.

"¡Aaaaaaaiiiiissssssh! ¿Y por qué lo haría? ¡No me interesan esas cosas y tú me caes fatal!". Se bajó de la mesa y se dirigió hacia la puerta, metiendo las manos a los bolsillo de la bata, sin evitar ponerse un poco colorada con semejante propuesta inesperada.

Kaji se bajó de la mesa con un pequeño brinco y la siguió, sin perder la sonrisa.

"¡Oh, vamos, demonio! Si fuiste a buscarme y me llamaste tantas veces, es porque te intereso más de lo que yo creía, ¿verdad? ¡Vamos! ¡Confiésalo de una vez! ¡Yo te gusto! ¿No es así? ¡Diii que te guuustooo! ¡Diii que te guuustooo! ¡Yooo teee guuustooo! ¡Yooo teee Guuustooo!". Canturreó muy contento, sin dejar de coquetearle.

"¡Ay, por dios! ¡Ya deja de hacer el ridículo!". Michiko se detuvo de golpe, agarrando el picaporte de la puerta y poniendo los ojos en blanco. Se sentía muy halagada pero a la vez muy avergonzada.

"¡Oh, vamos, demonio! ¡Anímate! Prometo ser un buen novio, ¿si? ¿Eh? ¿Qué te parece? ¡Di que sí!". Le pidió, ilusionado.

Fastidiada, Michiko se volvió, fulminándolo con la mirada y poniendo un brazo en jarra.

"Pues yo nunca seré una buena novia, así que ya deja de molestar, tonto". Le dio la espalda y abrió la puerta.

"¡Pero, Daimon! ¿Tú crees que no sé cómo eres? Sé muy bien lo que me espera contigo si nos ponemos de novios, lo bueno y lo malo, pero quiero que sepas que aunque odie tu forma de ser, es también lo que más amo de ti". Le confesó, casi desesperado por la áspera actitud de Michiko. Realmente había creído que ésta vez ella iba a aceptarlo como su novio.

DOCTORA XXX MICHIKO DAIMON. MI RIVAL, MI OMEGA, MI AMANTE... OTRA VEZ (Doctor-X)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora