Una cena muy especial

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"¡Yo gané!". Declaró Kojiro a viva voz.

"Mmmmnnnnnoooo... Creo que yo gané...". Opinó Daichiro, pensativo.

"¿Están locos? ¡La que gané fui yo!". Gritó Michiko.

"¡Si! ¡Mamá ganó!". Declaró Himiko con firmeza, prendida del brazo de Michiko.

"¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaiiiiiiiiiiiiisssssssssssssh! ¡Ya te dije que no soy tu mamá, Himi-chaaaaaaaaaaaan!". Se quejó Michiko, haciendo un berrinche.

"¡Qué si!". Replicó, tozuda, desafiándola con la mirada.

"¡Que no!". Rebatió, poniendo los brazos en jarra, fulminándola con la mirada.

"¡Que si!".

"¡Que no!".

"¡Que si!".

"¡Que no!".

"¡Que si!".

"¡Que no!".

Kojiro y Daichiro no pudieron hacer otra cosa que sonreír un poco incómodos ante aquella pelea infantil entre su hermanita y la invitada de su padre.

Los cuatro estaban sentados en el suelo alrededor de un juego de tablero, no pasaban ni 10 minutos jugando que ya se ponían a pelear por cualquier cosa.

"¿Cuántos años tiene la doctora Daimon, hijo?". Le preguntó su madre, colocando la mesa junto a un avergonzado Kaji.

"40 años, creo...".

La mujer mayor la miró con desaprobación.

"Parece como si tuviera 40 meses en vez de 40 años, ¿cómo puede ponerse a la altura de unos niños discutiendo como si fuera una más?".

Kaji nada dijo. Siguió poniendo la mesa para la cena, pensativo. Antes había creído que a Michiko no le gustaban los niños, pero ahora no estaba seguro, ella, aunque no sonreía cuando jugaba con ellos y parecía molestarse por cualquier cosa, se notaba que disfrutaba muchísimo con sus juegos y su compañía, peleando a su manera.

Parecía una niña más... ¡Era tan inmadura para algunas cosas a pesar de ser una increíble cirujana y una gran amante!

Sonrió al escuchar que se había armado otro jaleo y miró hacia donde estaban jugando, y le encantó ver a esa Michiko jugando y peleando como un niño más con sus hijos. Reamente ella era una inmadura adorable.

A su madre no le gustó ver esa expresión en el rostro de su hijo, así que carraspeó para llamar su atención.

"¡Ejem! ¡Ya está la comidaaa! ¡Vengan a coméeer!".

"¡Siiiiiiiiii! ¡A comeeeeeeeeeer!". Michiko se levantó como un resorte, estirando los brazos hacia arriba, muy contenta. Los niños se le quedaron mirándo bastante sorprendidos pero enseguida la imitaron y salieron corriendo a lavarse las manos con ella, compitiendo por quién lo hacía primero.

La cena fue muy entretenida para los niños, que insistieron en sentarse cerca de Michiko, volviéndola loca. Himiko quería que le diera de comer en la boca y Kojiro la desafiaba sobre quién comía más arroz, cada uno sentado a su lado y la pobre cirujana no tenía paz para comer y se la pasaba protestando, dándole de comer a Himiko y compitiendo a la misma vez contra Kojiro. Daichiro, en cambio, estaba sentado al lado de su padre, mirando toda aquella escena mientras comía. Daichiro era un niño muy tranquilo y tímido que se tomaba tiempo para analizarlo todo con mucha lucidez. Si aquella mujer tan extraña y extravagante era su mamá, como tanto aseguraba su hermana menor, entonces iban a divertirse muchísimo con ella.

Le encantaba su supuesta mamá, lo hacía sentir muy seguro.

Kaji se había olvidado muy pronto que Michiko era una visita de paso y comenzó a tratarla con mucha familiaridad otra vez, poniéndose a pelear con ella por ponerse a la altura de los niños y comportarse como ellos en la mesa en vez de comportarse como la verdadera adulta que era frente a su madre.

DOCTORA XXX MICHIKO DAIMON. MI RIVAL, MI OMEGA, MI AMANTE... OTRA VEZ (Doctor-X)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora