Capítulo 16

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Llegamos a casa de Belén entorno a las 11 de la noche. No podía poner en marcha mi idea si nos acercábamos tanto a las 2 de la madrugada, por si el sueño me pillaba a mitad...

Iría al día siguiente, en cuanto cayese la tarde.

Ya en el cuarto de invitados, Blanca puso una música indie española de esas que sólo conocía ella, cambiando un poquito la letra mientras me cantaba:

— "Te brillan mucho los ojos cuando estás a punto de saludarle... te sienta muy bien verle... Te cuesta mucho decirle que le quieres... "

Gesticuló Gonzalo con la boca y yo elevé los ojos al cielo.

— Creía que eras team follaamigos a tope.

— He cambiado de team después de ver como os devorábais con los ojos esta mañana en el hospital...

Negué con la cabeza.

— Anoche se fue con Marta. – suspiré, derrotada.

— Imposible...

— Lo vi en el teléfono... ella le llamó y él fue.

Cambió la canción a una de nuestras opciones para la eurovisión de hacía unos años.

— "Pa fuera lo malo, no, no, no yo no quiero nada malo..."

— Gon no es malo, Blanca. Es la mejor persona que he conocido en mi vida. – le corregí y me dirigió un pucherito. Le sonreí – sí, mejor que tú también, lo siento reina.

— ¿Pero...?

Tomé aire.

— No hay peros, simplemente me da miedo que sólo le atraiga físicamente y que me trate bien porque sea así con todo el mundo... - reconocí por primera vez. En voz alta sonaba aún más patético... - me aterra que no... que no me... ¿quiera?

Blanca abrió los ojos con sorpresa.

— ¿y tú crees que le quieres a él?

— Yo... no sé... supongo que... no está mal.

Enarcó una ceja y empezó a salirme una risilla nerviosa nada típica de mí.

— ¿Le quieres o no?

— Le aprecio... bastante. – reconocí como si estuviese quitandome una astilla de madera del índice.

— Eso, como dirías tú, es una respuesta de mierda.

Me reí porque escuchar a Blanca decir una palabrota era algo inédito.

— ¿Le quieres o no?

Me crucé de brazos y no fui capaz de negar.

— Madre mía, Lu. No sabes lo feliz que soy ahora mismo...

— Pero si no te he dicho...

— Tienes que decírselo.

— Ni hablar.

— Por favor. Por mí. – negué con una sonrisa. – es obvio que siente lo mismo.

No era obvio en absoluto...

— No pierdes nada...

Ahí se equivocaba, perdía la posibilidad de mantener nuestra relación intacta. Con mis sentimientos de por medio sería difícil sacarla adelante sin interrogantes... y él siempre me había insistido en que quería mantener la relación abierta...

De ninguna manera tiraría por la borda la oportunidad de estar a su lado, ya fuese en forma de follaamigos o lo que fuera.

Me hice la dormida al lado de Blanca hasta las dos de la mañana, cuando el sueño de Will llegó, puntual como siempre.

Las Leyes de La Luz: ¿Quién soy? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora