Capítulo 4: More wine

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Luz del día.
Me haces maldecir la
Luz del día❞

Daegu, Corea del Sur.

Y sí.

El chico castaño de ojos azules se veía tan jodidamente lindo dormido.

Como su piel de porcelana brillaba por la tenue luz de la lámpara, sus labios gruesos estaban hinchados con un color rojizo y estaban entreabiertos. El traje de seda dejaba ver parte de sus perfectas clavículas y cuello.

Creía que podría tener una erección con solo verlo.

Pero no era tan hormonal.

Desvío la vista y frunció leve sus labios, pensando en cómo se llevaría a su asistente dormido.

-Jin- empezó a llamarlo- SeokJin- le tocó su rostro con una de sus manos dando leves golpecitos pero el contrario no despertaba- Jin.

Nada.

Al parecer tenía el sueño pesado, o estaba muy cansado. Debió de ser por eso, le había dejado mucho trabajo para una tarde y aguantando hambre, solo para él follar a la secretaria y al administrador.

Con un suspiro, quitó la revista del pecho de su asistente tirandola al piso y con cuidado empezó a colar sus brazos por debajo de sus rodillas y espalda, hasta levantarlo en brazos.

Afortunadamente, el auto los estaban esperando afuera y con una seña al conductor hizo que abriera la puerta, con sumo cuidado, se subió aún con el chico en brazos al auto.

Puso su cabeza en sus piernas mientras su cuerpo estaba hacia un lado, completamente dormido.

-Vamonos- le dijo al conductor.

Empezó a llover, las gotas chocaban en las ventanas, y el chico tenía su mejilla aplastada en su pierna. No iba a negar que se veía adorable, suponía que siempre lo fue.

Sin darse cuenta, también cayó dormido, deleitando el aroma a fresas del auto.

Llegaron a la mansión, hacía una fuerte lluvia

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Llegaron a la mansión, hacía una fuerte lluvia. Taehyung abrió la puerta del auto y sin avisar, con el castaño en brazos, corrió haciendo que el chico tambaleara, hasta que llegó a la entrada de la mansión y la abrió con su huella dactilar.

Subió a la habitación de su asistente con su cabello y ropas mojadas por intentar que este no se mojara. Lo dejó en su cama y lo acomodó.

No tenía hambre, así que solo bajó para tomar un vaso de agua.

-Nunca creí que fueras a cargar a alguien en brazos con lluvia y dejarlo en su recámara- había dicho su padre en tono burlón.

𝐸𝑙 𝐶𝑜𝑙𝑜𝑟 𝐷𝑒 𝐿𝑎𝑠 𝑅𝑜𝑠𝑎𝑠- 𝑇𝑎𝑒𝐽𝑖𝑛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora