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A Lee SeokJin le hacen la propuesta de ser el asistente personal del hijo de el empresario más importante de Daegu. Sin embargo, al aceptar, acepta de igual manera el romanticismo y la pasión que le embarga cuando mira esos ojos esmeralda, tan...
"Si no existiera el café, muchas cosas jamás habrían sido hechas, dichas, ni pensadas."
Washington, Estados Unidos
—Señor Taehyung, su desayuno— una empleada de rojos cabellos se adentró a la pieza del pelinegro con una charola llena de comida. Este estaba sentado en su cama, en pijama. Su rostro no reflejaba ningún tipo de humor.
—Como sea— soltó con desprecio. La empleada apretó sus labios, al ver las anteriores charolas de comida del día anterior intactas.
—Señor Taehyung, no me incumbe en lo absoluto, pero le aconsejo que coma al menos un poco— Comentó temerosa
—Como si a alguien le importara— rio con notable sarcasmo, volteando a ver a la empleada. Ella notando sus ojos hinchados y descuido de su físico — A la única persona que le parecí importarle me odiará después de hoy. — habló lánguido
La pelirroja no habló más y se retiró, Taehyung agradeció eso en su interior, no quería llorar enfrente de una empleada que no le importaba en lo absoluto.
El timbre de un mensaje nuevo retumbó en sus oídos. Y es que su padre había cambiado su teléfono, con solo contactos de la prensa y "familiares" de mierda.
Secretaria
Joven Taehyung, en una hora se le presentará su prometido y harán pública su relación. Y también tendrá una nueva asistente. Prepárese lo más pronto.
Taehyung mordió su mejilla interna con fuerza, aguantando las ganas de derrumbarse en la cama y llorar, como ha estado haciendo toda la semana. Quería estar con su castaño lo más pronto.
Esto no debía de estar pasando.
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Daegu, Corea del Sur
—¿Y cuándo regresarás, cariño?— Jimin le preguntó en cuanto estuvieron en la parada de el tren que llevaría a su novio.
Hoseok lo meditó, no quería darle falsas esperanzas a su lindo novio, porque encontrarse con él y tener una relación no estaba en sus planes, se supone que sólo sería como un "amor de verano" pero el chico se tomaba muy en serio sus relaciones interpersonales y más si eran amorosas. Él era todo lo contrario, todo se lo tomaba a la ligera.
En qué lío se había metido.
—No lo sé, ojitos, tal vez un mes o dos, depende de cuándo me den vacaciones— le sonrió para tranquilizar el ambiente, y a él mismo.
Jimin frunció sus gruesos labios, no satisfecho con la respuesta. Hoseok lo notó.
—Pero, podemos mandarnos cartas o mensajes— sugirió el más alto.
—Estamos en víspera de Navidad, idiota. La mensajería estará muy llena— pasó su lengua por sus labios, ya que se estaban congelando por el frío.
