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A Lee SeokJin le hacen la propuesta de ser el asistente personal del hijo de el empresario más importante de Daegu. Sin embargo, al aceptar, acepta de igual manera el romanticismo y la pasión que le embarga cuando mira esos ojos esmeralda, tan...
❝Mantuvimos la oscuridad En las nubes retenidas, me pregunto, ¿Deberíamos seguir conduciendo?❞
Daegu, Corea del Sur.
-Sé que tengo un problema, no puedo evitarlo, él es mi tentación, mi maldita tentación y karma.- Confesó mordiendo su mejilla interna.
El de mirada esmeralda frunció los labios.
-Y... si tanto lo quieres- se encogió de hombros con desinterés - ¿Cuál es tu brillante plan?.
-Fácil, haré una fiesta en uno de mis hoteles, lo haré tomar hasta que ni siquiera pueda abrir sus ojos, y lo seduciré- explicó breve.
El contrario soltó otra risa.
-¿En serio?, pensaba que eras cerdo pero no tanto, hasta yo sé que así no se gana el corazón de una persona que te dejó de amar por ser un imbécil.- negó varias veces con su cabeza.
-¿Y qué quieres que haga, señor experto?- lo miró atento.
-No sé, sé romántico, gánate su corazón de buena manera, Dios- se paró de su silla dispuesto a irse.
-La fiesta es el viernes a las 9 de la noche, no faltes- tuvo el descaro de decirle.
Taehyung lo ignoró y siguió su camino a su casa.
De ninguna manera iba a ir, tampoco Jin iba a ir.
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Eran las 9:03pm cuando el pequeño castaño leía un nuevo libro que había encontrado en una de las bibliotecas de su jefe, solo lo había tomado prestado, obviamente.
Nunca pensó que Taehyung tuviera tan buenos gustos en cuanto libros.
Su teléfono vibró indicándole un nuevo mensaje, lo vió enseguida.
Jungkook
-Belleza, haré una fiesta el viernes a las nueve de la noche, en el hotel donde siempreíbamos. Por si quieres ir.
Frunció el ceño, recordaba el hotel, cómo olvidarlo, en ese hotel sucedieron más cosas que las que quisiera recordar.
No quería ir.
Pero, la curiosidad lo carcomía.
Bajó de su cama, y sin tomarse la molestia de colocarse zapatos, bajó las frías escaleras de madera de roble.
Sabía con certeza que Taehyung se encontraba en su oficina, el pelinegro trabajaba muy duro. Solo iba a hacerle una pregunta, no lo iba a interrumpir.
Con delicadeza, agarró el pomo de la fría puerta y efectivamente vió al pelinegro escribiendo algo en su libreta mientras veía su PC.
