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A Lee SeokJin le hacen la propuesta de ser el asistente personal del hijo de el empresario más importante de Daegu. Sin embargo, al aceptar, acepta de igual manera el romanticismo y la pasión que le embarga cuando mira esos ojos esmeralda, tan...
Jin dejó su taza rosa pastel de porcelana en la mesa de madera suspirando.
Se encontraba en la panadería con Jimin, hablando sobre su extraña pero adorable relación con Hoseok, quien al parecer ya tenía el corazón del rubio en sus opulentos y formales pantalones de tela.
Jin se sentía feliz por su compañero de vida, se lo merecía. Aún recuerda cómo llegaba destrozado llorando a la casa porque le habían roto el corazón, y en ese momento era feliz, y esperaba que lo fuera siempre.
-En conclusión, Hobi es perfecto- Concluyó sonriendo haciendo media lunas con sus ojos.
El castaño le sonrió de vuelta. Aunque, a pesar de todo, su novio se había ido a las 6.00 de la mañana a su viaje, y es que extrañaba su cuerpo cálido abrazar el suyo y su respiración pacífica chocar con su cuello.
Pensaba que el amor era algo así como una maldición y a la vez lo mejor que le haya pasado.
Por suerte, sí que tuvieron una buena despedida, el dolor de sus caderas lo confirma. De vez en cuando se arrepentía de haber usado lencería.
-No diría lo mismo, estoy pasando por un momento deprimente.- hizo un puchero notorio.
Jimin soltó una risita.
-Lo dice el amante de la soledad que había dicho que nunca se enamoraría- lo miró burlón.
-No es gracioso- soltó fingiendo estar ofendido.
-Sí que lo es- recogió las tazas sonriendo llevándolas al fregadero.
-No tengo trabajo. ¿Puedo estar contigo el resto del día?, así como un día de hermanos- dijo sonriendo.
El rubio torció sus labios.
-Lo siento Jinnie, saldré con Hobi- apretó sus labios apenado.
Jin se dejó caer en el sofá con un gran puchero en sus abultados labios.
-Voy a morir de aburrimiento.- comentó en un jadeo ahogado
El contrario levantó ambas cejas con extrañeza.
-Desde que tengo memoria, Lee SeokJin nunca estuvo aburrido, y a sus 19 casi 20 años ¿por qué lo estaría?.
-Porque a sus 19 casi 20 años Lee SeokJin no tiene a su novio y para colmo se llevó a Yeontan. No tengo trabajo, ni novio, ni mejor amigo ni nada- chocó su frente con el reposabrazos del sofá.
-Qué mal- le restó importancia subiendo la escaleras con una sonrisa burlona.
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El encantador aroma a limpio y a hotel fluyó por las fosas nasales de Taehyung. Ya se había instalado en Washington después de 14 horas de vuelo, sin duda extrañaba Daegu o más bien es las personas que habitaban en Daegu, en especialidad a su hermoso castañito de azules ojos.
Suspiró y se dejó caer en la suntuosa cama del hotel, estaba agotado y, si fuera por él, dormiría por dos días seguidos. Pero el sonido de una llamada retumbó en sus oídos.
No siquiera vio el nombre o número que lo estaba llamando, no tenía fuerzas.
-¿Hola?- pronunció con el teléfono en su ojera, teniendo los ojos cerrados.
-¿Señor Taehyung?- se escuchó una voz femenina a través de la línea
-Sí- contestó con voz ronca.
-Su padre quiere verlo el día de mañana, en el desayuno- informó
-¿Dónde?- preguntó hastiado.
-Mmm, dice que en su oficina.
-De acuerdo. ¿Eso era todo?
-Por el momento, sí
Taehyung no esperó otra respuesta. Colgó y ubicó su antebrazo sobre sus ojos para obtener una siesta decente.
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SeokJin caminaba sin rumbo por las calles de Daegu con sus audífonos que retumbaban música en sus oídos. Se había ido de la pastelería después de que Jimin se fuera con el tal "Hobi" . Taehyung no le había escrito, ni llamado, ni una señal de humo que le informara que estaba bien y que lo extrañaba tanto como lo hacia él.
Miró el cielo que estaba empezando a tornarse grisáceo hasta que cayó una gotita de lluvia en su tierna nariz, que dio inicio a una una energética lluvia y subió su capucha rosa para luego entrar a una cafetería bastante opulenta y con múltiples luces.
La clásica campanita sonó sobre su cabeza, llamando la atención de los presentes, pero volviendo a sus asuntos en cuestión de segundos.
Se ubicó en una mesa, muy apartada de las demás, con la pared de vidrio al lado, empezando a llamarle la atención la lluvia de afuera. Tan concentrado estaba que ni se dio cuenta cuando un mesero robusto y rubio estaba a su lado intentando captar su atención.
-Chico, maravillosas tardes y encantadora lluvia, bienvenido- dijo con mucho carisma
Jin volteó su mirada hasta encontrarse con la del mesero. Abrió sus ojos como platos.
-¿Namjoon?- Dijo sorprendido pero con una pequeña sonrisa en sus mullidos labios
-Oh, hola, piñita colada. Gran casualidad- comentó sonriendo haciendo notar sus encantadores hoyuelos.
-No sabía que también trabajas aquí
-Pues, ahora lo sabe- soltó una pequeña risa- No confesó el lindo nombre que ha de tener
Las mejillas de el castaño se tornaron de un carmesí por el "halago" , bajó la mirada y con una sonrisa dijo;
-SeokJin, un placer- confesó un poco cohibido
-El placer es mío, SeokJin. ¿Qué desea pedir?-dijo sacando una pequeña libreta marrón de su delantal atado a su cintura, listo para anotar.
-Un americano, gracias, Namjoon- pidió con una genuina sonrisa
-Enseguida- El rubio y robusto mesero se retiró, dejando un castaño mirando la lluvia que yacía afuera, con un corazón esperanzado y dolorosamente enamorado.