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A Lee SeokJin le hacen la propuesta de ser el asistente personal del hijo de el empresario más importante de Daegu. Sin embargo, al aceptar, acepta de igual manera el romanticismo y la pasión que le embarga cuando mira esos ojos esmeralda, tan...
Es impresionante cómo se puede amar con locura a una persona y al día siguiente odiarla como si fuera la peor persona del mundo.
Es posible, así como es posible no conocer a una persona un día y al día siguiente amarla.
Del odio al amor solo hay un paso y viceversa.
Jungkook y Jin son el claro ejemplo.
El menor de ambos estuvo enamorado de Jungkook por mucho tiempo, más de lo que debería y desearía.
Aún recuerda que escribía en su pequeño diario rosa con brillos lo mucho que desearía que el de ojos grises se fijara en él, en el pequeño sardino de quince años, con brackets como siempre rosas, cabello castaño desordenado, aroma a vainilla que siempre vestía sweteres de múltiples colores pasteles y el más aplicado en su salón.
Jungkook, al contrario, era el capitán de baloncesto de la escuela, añorado por variedades de chicas y chicos. El chico flor, el que vestía siempre ropa oscura y desprendía aroma varonil.
Su primer encuentro fue en el gran baile de fin de año, donde el chico más bajo derramó por accidente gaseosa en el abdomen del capitán.
Jungkook sintió algo de ternura y curiosidad por el pequeño chico con brackets rosas. Lo que conllevó a que luego se hicieran novios.
Su relación fue del tipo de relaciones que todo el mundo desearía, un mundo de fantasía en donde solo existían ellos dos.
Hasta que...
"Querido diario, Jungkook me ha roto el corazón en miles de pequeños pedazos"
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-SeokJin, por favor- le advirtió Taehyung al castaño.
-Pidamos helado, para eso vinimos ¿no? - hizo la oferta el de mirada grisácea.
El de labios más delgados levantó su mano, en intento de llamar a la mesera. Esta, fue para su mesa enseguida.
-Buenas tardes, ¿en qué les puedo servir?- preguntó amablemente la mesera de cabellera peliroja.
-A mi me da un cono de vainilla- pidió Choe.
-Cono de tiramisú- pidió Park.
-Vasito de fresa con gomitas- pidió serio Lee.
Los presentes mordieron su labio inferior en coordinación para reprimir una risa.
