Navidad, dulce Navidad.
(CONTENIDO +18)
Su beso era muy diferente al primero. Cargado de una pasión que no podía ser frenada y la mía tampoco. Pasó sus manos por la parte baja de mi espalda, todo ese enojo lo descargaba en aquel beso, le di entrada a mi boca y puso su lengua en ella, la humedad me invadió y no solo en mi boca. Puse mis manos alrededor de su cuello, tomándolo, aferrándome a él, todo me daba vueltas, la combinación de sus manos, su boca y su olor era una fórmula explosiva. Sus manos tomaron mi cintura, la apretaron y junté mi cuerpo más a él, dándole acceso a mi trasero. Lo apretó contra él y gemí en su boca lo que hizo que ambos volviéramos al mundo real.
-Es algo arriesgado hacer estas cosas aquí.- mencionó con la voz demasiado ronca.- Considerando que tu madre duerme abajo.
Sonreí ante su comentario como una colegiala. Volvió a besarme, puso sus manos en mi trasero y me levanto como si no pesara nada. Camino hacia su habitación conmigo entre sus brazos, besándome, tocandome y agradecia a los dioses de las chicas con vestidos provocativos que la tela fuera elástica. Se sentó en la cama, una cama que ya era familiar para mí. Sentada en su rezago paso su dedo delicadamente por mi espalda, un contacto caliente y placentero que hizo que me moviera contra el, quería sentirlo, su cuerpo, su calor; quería a Thomas Mikaelson encima de mi y cumpliera todas las promesas que había susurrado minutos antes.
Me moví encima de él, hacia adelante, hacia atrás, de una forma lenta, en un ritmo que solo él y yo teníamos. Me movió con él, me tomó del trasero, lo apretó, atacó mi boca con su lengua y mordió levemente mi labio inferior. Quito mi cabello en la penumbra de la noche, lo tomó, hizo una coleta alta y pasó su lengua por mi cuello, hizo que mi piel se erizara y mi boca se hiciera en una O, deposito besos húmedos, succiono hábilmente y repitió el proceso. En algún momento una de sus manos pasó por uno de mis senos, tocándolo con una habilidad que ni Da Vinci poseía. Apretó su mano mucho más grande que mi seno y pellizco ese punto, ese punto que me hizo gemir. Su cuerpo se tenso en ese momento y una risa llena de perversión salió de su boca.
-¿Qué quieres Morgan? .- Dijo con la voz llena de erotismo.
-Mhh..- Conteste perdida en su agarre, en su boca, en su respiración y la mía agitada.
-Dime qué deseas.- Me miró y yo a él, no entendía el punto o no quería entenderlo pero salió de mi boca.
-A ti Thomas.- Eso bastó para que me acomodará en la cama con bastante habilidad, se pegó contra mi, mis piernas debajo de las suyas, inmovil. Pasó su boca a mi cuello una vez más, la corriente de emociones era incontrolable. Bajo más hacia mis clavículas, las beso, las lamió y las mordía dulcemente, bajo un poco más a la comisura de mi escote, bajo el tirante lenta y dolorosamente y quise detenerlo, pero no podia, no queria, no queria separarlo de mi. Bajo mi tirante levemente haciendo un camino de besos hasta el interior de mi escote y lo tome de los hombros. Él se detuvo y me miró.
-¿Estás segura de esto? .- Lo mire excitada, con la vista nublada y sus ojos grises martillando cada parte de mi cuerpob esperando una respuesta. Era ahora o nunca, irme o quedarme.
-Si.- Lo único que sabía era eso. Estaba segura de aquel momento, quería que Thomas entrara en mi, sentir su cuerpo desnudo junto al mío y siendo uno.- Estoy segura.- Él sonrió perversamente pero en sus ojos había algo mas: alivio, paz.
-Me complace tener los honores.- Sonreí divertida bajo su cuerpo y pasó de nuevo su boca a mi escote.- Pero primero, hay que deshacernos de esto.- Hábilmente encontró el cierre de mi vestido, que estaba a un lado de mi cintura y sonrió triunfante.- Necesito que te levantes.
![](https://img.wattpad.com/cover/304056550-288-k747207.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Los Hijos de Anfield: El Legado (#2) [Completa ✔️]
Teen FictionHan pasado seis meses desde los acontecimientos que cambiaron el rumbo de la vida de Morgan Adams. Su depresión y sus malos hábitos la han llevado a un camino oscuro y donde ella pensaba no poder sanar se encuentra con una sorpresa. Pero todo cambia...