Capitulo 18

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    El diablo y la muerte.


(Contenido +18)






Después de una convincente y sin lujo de detalles explicacion hacia mi madre, la despedí al día siguiente, la abrace sin éxito en evitar mis lágrimas y espere no fuera la última vez en que la vería.

-Estoy muy orgullosa de ti cielo. Se que esto es difícil, pero estás hecha para esto.- Me aferre al abrazo de mi madre por un momento más.

-Te quiero.- Dije.

-Te quiero mas amor.- Aemon carraspeo frente a mi.

-Debemos irnos Morgan.- Dijo Daemon.

-Cuidenla .- Dije dirigiéndome a Aemon y Daemon.

-Con nuestra vida, Morgan .- Contestó Aemon y les sonreí agradecida. 

Nos habíamos quedado Thomas, Michael y yo en el departamento y si existían los dioses de los triángulos amorosos ellos se burlaban de mí en esos momentos. Ya no había hablado con Michael y no me interesaba, había sido muy claro. Pero aun no hablaba con Thomas y ni siquiera le había dado mi regalo. Aún estaba guardado en el fondo de mi cajón.

Busque a Thomas por el lugar, camine al estudio, al gimnasio, a su habitación y nada. Hasta que lo encontré en la sala de juegos, jugando una partida de billar. Solo. Entre y me miró por un segundo, luego continuó su partida. Me quedé un segundo más ahí, admirando su belleza, su cabello largo que ahora caía por debajo de sus orejas, su manos grandes y masculinas. Los tatuajes de su brazo y su boca, esa que me hacía gritar, gemir y se posicionó en las zonas más íntimas de mi cuerpo.

-¿Te quedarás ahí? .- Su voz me sacó de mis pensamientos. Seguía sin mirarme. Tomé la cajita con mayor fuerza detrás de mí.

-Necesito hablar contigo.

-¿Sobre qué? .- Seguía con su mirada puesta en el juego. Thomas había levantado sus muros de nuevo lo que me hizo rodar  los ojos.

-Sabes bien de que.

-Entonces habla .- Comenzaba a desquiciarme.

-Tom.- Giró sus ojos hacia mí, metiendo una bola en una de las canastillas.- Sobre la otra noche…

-Juega conmigo.

-¿Qué?

-Ya escuchaste. Si ganas, hablaremos.- No había rastro de sarcasmo en su rostro o de diversión. 

-¿Si tu ganas? 

-Ya se me ocurrirá algo.- Se encogió de hombros. Trague saliva y sus ojos penetraron los míos.

-La última vez que jugamos te gané.- Dije arqueando la ceja, con humor. Su rostro se relajo un poco.

-Solo fue suerte. Contadas son las personas que lo han logrado.- Su voz tenía un hilo de humor, estaba derribando sus muros.- ¿Qué tienes ahí? .- Dijo curioso.

-¿Esto? .- contesté sacando la caja de terciopelo azul de mi espalda.- Es un regalo para ti. Feliz Navidad, atrasada.- Puse la caja en la mesa. Su rostro se relajo mucho más, me miro a mi y luego a la caja con el ceño  fruncido.- Si ganas, te dejaré abrirla.

-Juguemos entonces.- Una sonrisa que solo Thomas Mikaelson sabía tener se dibujó en su rostro, parecía motivado por abrir su regalo.

La partida no pintaba bien para mi. Duró menos de lo esperado, Thomas estaba a una bola de la bola ocho, en cambio a mi me faltaban tres más y tras mi último pésimo tiro gracias a sus distracciones y movimientos cercanos no veía mucha oportunidad para mi. Decidí utilizar los mismo medios y en su tiro me puse cerca de él, dando pequeños toques a su cadera. Aquel truco no funcionó y mi orgullo fue herido.

Los Hijos de Anfield: El Legado (#2)  [Completa ✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora