Yuta sabía que Yukhei se había ido, dejó de sentir su esencia hacía mucho y su nudo se había disuelto, pero aún no se atrevía a moverse pues SiCheng permanecía dormitando sobre él, quizás era el hecho de toda la acción que habían tenido hace unos momentos o quizás era por estar entre sus brazos, pero el omega parecía totalmente relajado bajo sus suaves caricias en la espalda que le brindaba.
¿Lo que había hecho estaba mal? No, no lo estaba. SiCheng era suyo y sabía que ese alfa no tenía buenas intenciones, entonces ya había recibido su mensaje, nadie podía poner una mano sobre el omega, él ya no estaba solo. Aunque dentro de Yuta, tenía el leve presentimiento de que acosar a SiCheng no era parte de la estrategia de su ex pareja para ganar el juicio, de pronto creyó que había cierto interés en el alfa por recuperar al omega. SiCheng se removió sobre su piel.
-SiCheng.
-¿Mmh?
-Bebé, creo que Yukhei salió con los niños - susurró sin detener el vaivén de mimos en su espalda.
-¡¿Qué?! - SiCheng se levantó de un saltó, bastante nervioso pero fue detenido por la mano de Yuta.
-Tranquilízate, él no los llevará a ningún lado, sabe que hay una orden que debe acatar.
SiCheng asintió, algo aturdido y preocupado, el mayor lo notó por lo que tiró de él sobre su regazo y mirando hacia arriba, por la diferencia de altura, le sonrió.
-Creo que lo asustamos.
SiCheng le devolvió el gesto y cruzó sus brazos por detrás de su cuello.
-No me molesta que le quede claro que soy tuyo. Que lo sepan todos, que este omega ya tiene a su alfa.
-Eso me agrada - rió besando suavemente los tentadores labios del otro - Mmh... ¿Café? Creo que tardaran en volver, podría aprovechar para darte algunas atenciones.
-¿Qué estamos esperando entonces?
SiCheng se levantó de sus piernas y caminó tirando de su mano hasta la cocina, tomó asiento alrededor de la barra central y leyó la notita amarilla sobre ella, la terrible caligrafía delató que era de YangYang.
"El alfa nos llevará al cine. Espero mi recompensa por esto. ; ) < 3"
-Creo que esta nota está dirigida a ti- SiCheng agitó el pequeño papel amarillo entre sus dedos, Yuta lo tomó dudoso mientras lo leía y una leve mueca de alegría se dibujó en su rostro.
-Esto parece que me costará caro.
-Si se trata de YangYang, no lo creas, es una afirmación.
El café estuvo listo y el alfa lo sirvió en dos pocillos, caminó hasta su maletín y buscó un par de anteojos, SiCheng estaba sentado frente a él con la taza entre sus dos manos y solo su camisa blanca puesta, era un monumento a la sensualidad, le sonreía mientras lo miraba hojear el periódico. Con esa simpleza el omega se encontraba encantado, todo era tan natural y acogedor, como un verdadero hogar, acompañándose el uno al otro sin más exigencias que estar cerca, que saberse acompañado y sostenido, no hacía falta mucho más, con Yuta se sentía protegido, seguro y sobre todo amado, un amor que trascendía cualquier límite, se recordó a si mismo hace unos meses, totalmente cerrado al amor, sin esperanzas de tener alguna clase de conexión emocional con quien fuese, con su vida totalmente entregada a sus hijos y a nadie más, viviendo devotamente por y para ellos, lo cuál no estaba mal, pero esperaba el instante en el que cada uno de sus niños creciera y decidiera irse de su lado para formar su propia familia y lo dejaran solo para morir en el abandono, pero ahora su visión del futuro había cambiado radicalmente, Yuta estaba allí, y se quedaría junto a él, le hizo volver a creer en el amor y le devolvió las esperanzas que había perdido, le hizo recordar que él también existía, que también era tan importante como sus hijos y que era hermoso y merecía ser amado, ahora Yuta lo hacía, Yuta lo amaba, lo adoraba y con eso podía vivir feliz. SiCheng sonrió, sus mejillas tornándose levemente rosadas y sus ojos perdiéndose entre el bulto de sus pómulos alzados.
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No puedo ser tu omega || YuWin MPREG
ФанфикCuando la pareja de SiCheng convierte su vida en un infierno decide que es hora de marcharse aunque eso signifique ser expulsado de la manada por abandonar a su alfa. Sicheng se promete nunca más confiar en otro alfa. No existe cosa tal como la pare...