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-SiCheng, amor ¿Estás listo? Johnny y Taeil ya se llevaron a los niños.

Yuta estaba de pie detrás de la puerta donde SiCheng llevaba media hora arreglándose, entendía los nervios de su pareja pero no era necesario recluirse de esa manera.

-No - fue toda la respuesta que recibió pero pudo percibir algo más que nervios en el tono.

-Cariño, ábreme por favor ¿Todo va bien?

- No - volvió a responder el omega.

-Bien, tendré que entrar - suspiró pero antes de que empujara la puerta, SiCheng asomaba un poco su rostro manteniendo su cuerpo escondido detrás de la placa de madera

- No quiero que veas esto - susurró apenado.

-¿Qué es, amor? Sea lo que sea, estará bien - el alfa le sonrió intentando transmitirle confianza y al parecer funcionó porque el menor abrió un poco más para dejarlo entrar.

Cuando Yuta miró a SiCheng en su impecable traje negro y el cabello peinado prolijamente hacia un costado recibió un fuerte impulso por saltarle encima y besar sus apetitosos y tentadores labios pero reprimió esos deseos para averiguar qué era lo que estaba mal, no entendía, pero sin embargo los lindos ojos de su pareja parecían cristalizarse ¿Eso era parte del embarazo? Sin duda no daría por sentadas sus preocupaciones.

-Puedes decírmelo, cariño - insistió.

SiCheng no dijo nada pero mordia ansioso su labio inferior aunque en realidad, lejos de sentirse mal, el acto solo lograba excitar más a Yuta. Las pequeñas manos temblorosas tomaron el borde de su saco y lentamente lo levantó, el alfa seguía atento el movimiento sin entender por completo.

-Oh -Pronunció.

-No puedo abrochar mi pantalón - lloriqueo.

He ahí el problema, la barriguita de SiCheng estaba un poco más abultada por lo tanto el último botón de la camisa y el cierre del pantalón no podían unirse, aunque no era demasiado notable, al parecer, para el omega si era de importancia. La ternura infinita recorrió el cuerpo del mayor y no pudo evitar caer de rodillas y tomar con ambas manos el bulto de vientre expuesto ante él, contempló extasiado el fruto de su amor y sonrió al ombligo para luego levantar sus ojos ante SiCheng cuya comisuras empezaban a extenderse, el alfa depósito un beso pequeño en ella y luego fue seguido de otro y otro más, él, literalmente, se lo estaba comiendo a besos.

-Hola cachorro, soy papá... Yuta - Habló muy cerca de la nívea piel usando un hilo de voz - Veo que estas creciendo rápidamente, bebé y eso le está causando problemas a papi... No le digas nada ¿Bien? Pero yo creo que se está sintiendo un poco gordito ¿Qué tontería verdad? Él es totalmente precioso - SiCheng rió enternecido y Yuta apoyó su oído en el ombligo como si estuviera recibiendo alguna respuesta desde el interior de su cuerpo, asentía - Tienes razón bebé, tu papi es muy lindo, deberías verlo cuando sonríe, debe ser la envidia de los dioses ¿Crees que debería comprarle ropa nueva para que se sienta mejor? ¿Si? ¿Y algunos postres también? ¿Qué dices, qué te gustan los de chocolate y cereza? Está bien, cariño, te haré caso... Ah, y ¿bebé? Apresúrate en salir - el alfa pronunció esto último y se puso de pie, rodeó la cintura de su omega y lo pegó a su cuerpo, tan delicado y tibio.

SiCheng aprovechó la cercanía y se hundió en su cuello tomando largas caladas de su aroma y reteniéndolas en sus pulmones como si de una dulce droga se tratara, pero este aroma era incluso más fuerte y penetrante y era completamente suyo.

-¿Cómo puedes ser tan lindo? - preguntó con los ojos cerrados, sus palabras amortiguadas por encontrarse tan cerca de la piel del alfa, le dio un beso que más bien se sintió como un chupón - Y tan delicioso...

No puedo ser tu omega || YuWin MPREGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora