No puedo ser tu omega || YuWin MPREG

44.

Al llegar Pekín era prácticamente de noche, los cuerpos cansados de los tres niños rogaban por dormir, pero SiCheng, insistía en que tomaran un baño antes de acostarse para sacarse la tierra y el lodo de encima por lo que preparó la tina con agua tibia y jabón líquido de manzana para ellos, a fuerza de bufidos fueron entrando al baño. Entre chapoteos y shampoo SiCheng los dejó limpios, aunque eso significar a que él terminaría mojado hasta la coronilla.

Más tarde Yuta se encargaba de arropar a una recién aseada YuQi y peinarla con cuidado trenzando su cabello delicadamente algo que había aprendido a la fuerza entre sus alumnitas que lo buscaban para jugar a la peluquería con él, mientras YangYang y Xiaojun corrían desnudos y mojados por los pasillos, riendo de su papi que venía detrás con una enorme toalla en la mano para secarles el cabello que chorreaba por sus espaldas, el omega agradecía internamente que la casa estuviera calefaccionada, sino pescarían un fuerte resfriado luego de la carrera alrededor de la sala, sobre todo cuando los traviesos gemelos adoptaron sus formas lobunas para huir con mayor velocidad trepando muebles y saltando el sofá.

Yuta se escabulló por medio de los sillones y le dio caza al menor en sus cuatro patas peludas, lo capturó del pellejo con sus dientes y caminó serenamente hasta depositarlo en su cama. SiCheng lo observó desde una de las esquinas, un majestuoso lobo marrón brillante del porte de un mueble cargaba en el hocico al cachorro que, entre retorcijones se dio por vencido y se dejó llevar hasta el cuarto para hundirse entre las mullidas almohadas. El omega tuvo la idea de convertirse para atrapar a YangYang, hace mucho que no adoptaba su forma animal, le costó pero después de estirarse, sus piernas y brazos se trasformaron en finas patas y su pelaje cambio a un deslumbrante blanco, el andar del lobo era elegante y refinado, lamió sus patas y se levantó para perseguir al niño, en menos tiempo de lo que dura un parpadeo ya tenía a YangYang debajo suyo lamiendo su cuello peludo y mordisqueando las orejitas del pequeño.

-¡Ya! ¡Ya! Me iré a poner el pijama y a dormir - rió el niño volviendo a su apariencia humana y escapando de las inofensivas garras de su papi.

Yuta, quien ya había acostado a Xiaojun vio a YangYang entrar con el semblante rendido y cansado por la carrera y colocándose el pijama se metió a la cama de su hermano, abrazó al pequeño Xiaojun que estaba a punto de ceder entre los brazos de Morfeo y se acurrucó colocándole una pierna encima. El alfa apagó la luz luego de desearle las buenas noches y asegurándose que la niña estuviera dormida buscó a SiCheng.

El alfa caminó en sus pies cubriendo su desnudes con un pantalón pijama pero sorpresa se llevó al ver al majestuoso lobo blanco bebiendo agua de un tazón. Jamás había apreciado a SiCheng transformado y se lamentaba haberse privado de semejante espectáculo, el lobo era hermoso, el blanco y suave pelaje relucía entre el contraste de la madera de los muebles, se lamió los labios y volvió a quitarse el pantalón para volver a su forma de lobo.

Sigilosamente se acercó para sorprenderlo pero fue él quien se llevó la sorpresa cuando el animal lo esquivó con un salto y lo miró desde el otro lado de la sala con una mueca burlona, los pelos de su hocico brillando por el líquido que acababa de beber y la lengua afuera, Yuta entendió el desafío y recargándose sobre sus patas delanteras emprendió una silenciosa carrera detrás su pareja que escapaba escabulléndose con facilidad de entre los recovecos, colas agitándose alegremente, el escaso espacio en el departamento no les impedía corretear. SiCheng aprovechaba su tamaño para entrar en lugares donde el lobo no podía cazarlo, estaba escondido entre las sillas debajo de la mesa cuando sintió su cola siendo atrapada y arrastrado hacia afuera, el fornido pecho de su pareja lo aplastó despacio, cuidando de no poner mucho peso sobre el vientre del cachorro y lamió fuertemente el cuello, Yuta estaba excitado por la carrera, se restregaba sin parar sobre el lomo del omega para impregnarlo de su olor, se detuvo cuando SiCheng volvió a tomar su forma humana pero aún así continuó lamiéndolo sin detenerse.