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La fiebre no había bajado, era la segunda noche consecutiva en la que su cuerpo vibraba por los fuertes espasmos del abandono, los sollozos lastimeros que insistía en esconder eran casi imperceptibles. SooYoung la observa por la pequeña abertura de la puerta , solo podía ver su espalda encorvada, su cuerpo oculto en si mismo hecho bolita y oír el llanto silencioso de su lobo muriendo.

Volvió a la cocina, su corazón apretandose fuerte en su interior, contrayendose una y otra vez en angustia, cada vez que la veía, cuando la escuchaba llorar solo se veía a ella misma algunos años atrás, quizás por ser beta ella no tenía un lobo que pudiera morir, pero el sentimiento de inferioridad, de ser inútil, ser arrojada como basura era de las peores cosas que podría vivir un ser humano. Nadie merecía sufrir algo así. Se frota las manos con amargura. No, ella no se quedaría de brazos cruzados viendo morir a la chica en su cama.

Hace unas cuantas semanas que Wendy estaba alojada en lo que era su casa y de Yuta y aunque su hermano ahora vivía con SiCheng, eso no significaba que ella disponía de la casa como quisiera. Cuando la omega le pidió quedarse allí no dudó ni un segundo en brindarle posada y en agradecimiento, Wendy, cada día la despertaba con el desayuno y por las noches la esperaba con comida y aunque SooYoung le había dicho que no era necesario que hiciera eso, ella insistía en pagar por su hospitalidad. Ambas compartían momentos divertidos, las largas noches se transformaban en segundos que transcurrían entre conversaciones sin sentido hasta temas profundos donde se reabrian viejas heridas y se consolaban mutuamente para luego volver a sus cuartos y descansar un poco antes de volver a trabajar. Wendy esperaba poder solucionar sus problemas con Yukhei y volver a su hogar, pero todo se desmoronó el día que perdió la marca.

Esta mañana Wendy se había levantado de la cama unos minutos para contemplar su imagen en el espejo, estaba pálida, los labios resecos y profundas ojeras que llegaban hasta sus mejillas opacas, no había comido, ni bebido pero es que su cuerpo no tenía fuerzas para levantarse, incluso estar parada era un esfuerzo enorme que le tenía temblando las rodillas, se abrazó a si misma y las lágrimas volvieron a descender. Ya no podía más. Sintió perder el equilibrio y sus fuerzas la abandonaron, pero antes de caer de lleno contra la alfombra fue sostenida por los brazos de SooYoung, levantó la vista y contempló con admiración a la mujer que cuidaba fielmente de ella día y noche, si antes estaba deslumbrada con su generosidad y empatia ahora era una increíble fascinación. No supo en que momento perdió el conocimiento pero tiempo después estaba segura de estar despertando con un extraño sentimiento de calidez.

-Mmm - se removió lentamente sin abrir los ojos, el calor del otro cuerpo, las caricias en su espalda, el latido en sus oídos, era una gloriosa sensación de paz que la tenían extasiada. Estaba cómoda, se sentía cálida y contenida como hacia mucho no pasaba, se aferró más, empuño sus manos y se acurrucó en los suaves pechos.

¿Suaves pechos?

Lucha contra el confort y abrió los ojos, lo primero que notó fueron los finos rasgos de Joy, sus ojos, el sonrojo natural de sus mejillas y la delicadeza de sus belfos rosas y luego fue deslumbrada por esa sonrisa que se sentía privilegiada de ver. Su cuerpo se tenso por encontrarse a si misma pensando en la peculiar belleza de la mujer que la consolaba y quiso levantarse, pero los brazos firmes de la beta no se lo permitieron y la apresaron con más fuerza a su cuerpo.

-Shh, tranquila - Susurró. El aliento a menta llegó a su olfato y se deleito en el aroma de la otra.

Cerró los ojos y volvió a acostarse sobre su cuerpo. SooYoung estaba semi acostada sobre la cama encima de tres almohadas y Wendy prácticamente sobre ella con una pierna cruzando sobre las suyas, por unos segundos en todo lo que podía pensar era en la tranquilidad de los latidos marcando el compás de una suave melodía y en el brillo en sus mofletes. Estaba nerviosa pero aún así quería permanecer un poco más en ese lugar.

No puedo ser tu omega || YuWin MPREGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora