1. Blue Jeans

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—Esto definitivamente es un error— murmuró una Alexis Parker soñolienta al momento de ver a su lado una mata de pelo varonil.

Unos suaves ronquidos que desprendían de la boca curveada del hombre la habían despertado, dándose cuenta de su error, aunque error no es la palabra que usaría, ya que lo que había visto, a Alexis le había agradado.

Una suave y llamativa barba sombreaba el rostro de aquel hombre, junto con unas grandes cejas perfiladas acordé a su nariz, hacían que el tipo fuera más atractivo. Aunque le parecía algo familiar. Pero tal vez era lo que su cabeza aún en estado de ebriedad la empujaba a pensar, así que volvió a girarse del otro lado de la cama y terminó rendida de nuevo en un sueño profundo.

***6 horas antes

—Vamos, un shot más— dijo Gwen Stacy en la barra del bar más destacado de Nueva York.

Habían pasado 8 largas horas desde que habían llegado a la ciudad, se habían instalado y decidido acudir a un Bar a distraerse del largo viaje.

Alexis lo pensó un instante, ya que tenía un desayuno importante al día siguiente con su mejor amiga de la infancia, Natasha Romanoff, a la que sin duda alguna tenía muchas ganas de ver. No pudo acompañarlas porque ella estaba en un viaje de negocios y volvería en la mañana, justo a la hora que tenían planeado verse.

—A la mierda, dije que tenía que cambiar, pero solo por hoy, técnicamente aún tenemos las horas de Londres así que, que valga la pena entonces—. Decía Alexis, al momento en el que su garganta recibía el caliente tequila. Cuatro rondas después, empezaron los cosmopolitas para cada una de ellas.

Gwen se había convertido en la aliada más inesperada que conformaba en su vida, ya que prácticamente era su cuñada, asunto que al principio no le agradaba debido a que era muy territorial con las personas que ama, pero se dio cuenta de lo mucho que tenían en común al estudiar juntas Física en Oxford.

Alexis ya tenía las mejillas sonrosadas y el cabello un poco alborotado, y dejaba guiar sus caderas al ritmo de la música del bar. Había optado por un vestido estraperlee blanco Clavin Klein que le llegaba a la mitad de su muslo, ajustado a su cintura, junto con unas zapatillas Jimmy Choo de pulsera transparente y solo de maquillaje un labial rojo sangre que resaltará sus carnosos labios.

Ella no se había dado cuenta que unos ojos azules no paraban de verla, del otro lado de la barra se encontraba el famoso James Buchanan Barnes, dueño del lugar, con unos Jeans de color azul, una playera blanca Versace arremangada a la altura de sus brazos y unas botas negras que acompañaban su atuendo, lo hacían lucir casual, pero con un toque de elegancia.

Había llegado hace una hora y media al bar, junto a su amigo Sam, que llevaba una camisa Gucci blanca y unos pantalones de vestir negros, junto con sus zapatos Santorini. Su amigo Steve no pudo acompañarlos debido a que tenía un viaje de negocios, aunque Sam en silencio agradecía eso, ya que tenía un contendiente menos en la que creía su próxima conquista.

Sam fue el que se percató primero de la presencia de Alexis ya que sin duda alguna, era la chica más atractiva del bar, y ni siquiera se daba cuenta de ello, la chica con sus zapatillas casi llegaba al 1.85 de estatura, sus kilométricas piernas hacían que fácilmente te rindieras a sus pies, la heterocromia de sus ojos simplemente te alucinaba, por un lado el iris izquierdo era de un azul claro, como el mar, y por el derecho era de un color gris, como la tormenta, el color chocolate de su cabello que le llegaba hasta la cintura, le daba el toque para ser más espectacular todavía, y simplemente a los ojos de Sam y James, era perfecta.

Lo cual eso se convertiría en el reto de la noche de aquellos caballeros, aunque de alguna forma a James se le hacía vagamente familiar la chica, solo que no recordaba el porqué de ello, o también el hecho de que esté interesado en ella, ya que estaba saliendo con alguien. Y normalmente o su única regla, es que sean rubias, jamás había tocado un cabello castaño en su vida, pero tal vez esa noche probaría su suerte, se sentía demasiado atraído para dejarla ir.

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