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15. La profesión correcta

Para Natasha Romanoff siempre fue Steve Rogers.

Hace tres meses

—Bien, ustedes irán a Bulgaria para determinar porque el contrato está tardando tanto en llegar y que acciones plantean para dejar su club en Nueva York—. Decía James a las dos figuras con las que se encontraba.

—Nat, verifica si no tienen ningún problema ilícito en su país y porque tienen una oferta directa sólo con B&R inc—. Planteaba James lo que tenía que hacer la rubia en su primer viaje en su puesto como agente internacional. Ella solo asintió con la cabeza y observó como su jefe la observaba y sonrió.

—¿Es todo?—. Decía Nat a James en un tono coqueto, pero sutil. —Si Nat, gracias—. Respondía Buck con el mismo tono de voz que ejecutó ella.

La rubia se retira de la oficina y de inmediato James mira a Steve que estaba completamente callado.

—¿Qué ocurre Steve?—. Cuestionaba el castaño a su mejor amigo.

—Nada, pero consideró a que vaya mejor Sam en mi lugar—. Decía Steve con indecisión. A James le pareció sumamente raro, pero pensó en que se acercaba la fecha de cumpleaños de Peggy así que consideró que lo mejor era que se fuera del país esos días.

—No Steve, tú eres el que está más calificado para ir con Natasha, anda vamos, querías vacaciones ¿no?—. Sonríe burlón James a su amigo.

—De acuerdo Buck, tú ganas—. Finaliza el rubio no tan seguro de querer irse del país con esa chica tan espectacular, sabiendo que James tenía intenciones con ella.

El viaje a Bulgaria fue de cuatro noches, ambos creyeron que sería sumamente profesional es asunto, además de que no compartían nada en común. El rubio se encontraba manejando mientras que Nat estaba cómoda en asiento de copiloto, jugando con el volumen de la música.

—¿Puedes dejar un volumen en específico por favor?— decía Steve intentando no sonar grosero con su nueva compañera de trabajo.

—Gracias, al fin unas palabras—. Sonreía Natasha victoriosa de tener la atención de Steve después de no hablarse durante todo el viaje.

—Perdón, pero no sabía que decirte—. Steve se sincera con la chica. —¿Cómo es que decidiste dedicarte a los negocios internacionales?—. Cuestiona el chico a la rubia que estaba a su lado.

—No fue difícil, yo tenía un novio que se mudó del país, entonces comencé a interesarme en carreras en las que tuviera que viajar, para intentar poderlo ver con más frecuencia...— se sinceró por completo Natasha al desconocido que estaba manejando en dirección al hotel en el que se iban a quedar.

—Eso quiere decir que él era muy importante—. Dijo Steve comprendiendo por completo a Natasha.

—Lo es, pero tuve que dejarlo ir—. Dijo Nat mientras observaba por la ventana el paisaje que le ofrecía por el momento Bulgaria, era un bosque espeso, la carretera estaba muy estrecha, su vista estaba ahí, pero sus pensamientos viajaron hacia la última vez que vio a Loki y su mirada hecha trizas, recordó la última carta que le envió y sus ojos comenzaron a salir unas pequeñas lagrimas que de inmediato retiró.

—Hey, perdón, no debí de tocar el tema—. Termina de decir Steve muy apenado al ver a Natasha sentimental. Le ofreció un clínex que tenía en la guantera del auto y de inmediato ofreció otra disculpa mientas que ella tomaba el pañuelo.

—No es tu culpa, solo que llegaron a mi memoria de golpe esos recuerdos—. Sonrió Nat ante las atenciones de Steve, y fue cuando se percató del gran atractivo que tenía, su pelo a rapa, sus ojos escondidos a través de sus Ray-Ban de aviador negras y sus grandes brazos que sostenían el volante.