Capítulo 37

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Kebo

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Kebo


El ambiente parecía estar cargado de amargura, desconfianza y miedo, la sensación era tan segadora que llamaba a gritos al miedo.

—Pero bueno ¿a qué viene tanta desfachatez?—no me atreví a cerrar los ojos, pero tampoco me atreví a moverme, quedándome boca abajo con la sensación de que algo devoraba el cuerpo de Kilian sobre mío.

Pactrick Holland llevaba puesto el uniforme oscuro de los soldados del clan Holland y también llevaba la cara sucia y el cabello alborotado, este camino hacía Moon y Segan, que aún se encontraban congelados por el miedo sin ningún miedo a que la criatura apartará su atención del moreno y se enfocara en él.

—Nosotros deberíamos hacerte esa pregunta, Moon Bans, mira que armar todo este desastre para desacreditar a mi hermano, has echado a perder con tus idioteces la carne de toda la semana—. El pelirrojo le recrimina a la mujer que se congela en su sitio, observando los cerdos reventados y sucios que ahora están en el suelo; la boca me sabe a sal y todavía soy capaz de conservar la capacidad de escuchar el cristal crujiendo.

—Paddy, tu sabes que ahora menos que nunca le podemos ceder el control a tu hermano—la voz de Segan tiembla por las paredes del lugar cuando el adolescente se le planta enfrente altanero—, él ha perdido la cabeza, quiere convertir a una traidora, a una desgraciada en heroína de guerra, sí le cedemos el poder será bastante claro que fue un complot. 

La suela de las botas de goma del pelirrojo rechinan por el lugar, un velo borroso me dificulta la visión y aún así soy capaz de verlo girar sobre su propio eje con una clara risa.

—¿Y esto que ha sido Segan? ¿Mandar traer a esta chica antes de que salga el sol y atacarla entre los tres no es un complot en contra de Tom? ¿es un accidente?—replica el niño con astucia—. Tú muerte también podría hacer un accidente, digamos que Segan Winkless, Moon Barns y Kilian Jones mueren en un trágico ataque debido a que un skinned burló una cerca.

Todos los movimientos son tan amenazadores, el miedo en los ojos de los dos adultos es tan claro que por un segundo estos dejan de respirar. Sobre mi cabeza el skinned de piel quemada, casi arrancada comienza a lamer las heridas causadas por el cristal roto sobre el cuerpo del moreno.

 —¿Sabes lo que te afectará a ti y a tu familia sí sigues apoyando los egoístas deseos de tu hermano?—le cuestiona Segan con la respiración agitada y probablemente la presión sanguínea por los aires—. Los echarán a patadas en cuestión de minutos si se enteran que Tom, planea hacer a esa mocosa una héroe, una líder, la próxima heredera.

Esta vez las palabras del hombre remueven algo en el interior del infante, la cortina de tirillas plásticas me impide ver su cuerpo entero, dejando solo a la vista tres pares de zapatos no es hasta que puedo ver su mano y su guante tirar de ellas hacía abajo rasgando la mayoría de ellas.

Survive (Tom Holland y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora