Survive (Tom Holland y tú)

Capítulo 11

Él mismo diablo del que contaban las leyendas que escuchaba de pequeña estaba delante mío, sacando su arma eléctrica de acero de la cabeza de la bestia sin piel sin hacer uso mínimo de esfuerzo, como si se tratase de nada, con tanta naturalidad que por un momento me llegué a preguntar cuál de los tres era la verdadera bestia.

-¿Y ustedes quienes son?- pregunto con seriedad recalcando la palabra "ustedes" sin apartar la vista de Edrei-.

Así que ese era Thomas Holland, la persona de la que tanto me advirtió New, sumamente astuto, sumamente fuerte, un verdadero reto el cual no podría evadir, lo tenía delante mío analizandome con curiosidad, debía planear algo mejor que mentirle y esconder a Edrei detrás de mi hombro.

-Soy ___ Collins y el es Edrei- intentaba mantener mi voz neutra, me había quedado claro dos bestias atrás que ellos no eran unos cazadores cualquiera, estaban educados, entrenados y más que preparados-.

-¿Edrei que?- pregunto expectante por el nombre de mi hermano, no tenía caso intentar esconderlo, estaba más que claro que lo podría prevenir todo-.

-Edrei Collins- respondí firme a lo que el pelirrojo carraspeo en una risa desinteresada, pasándonos de lado hasta colocarse cerca de Tom-.

-Si yo soy Patrick, pero ¿qué importa?- dijo el pecoso, posando sus manos sobre su nuca estirandose antes de agacharse frente a la bestia sin piel y sin vida, sacando de sus bolsillos un pequeño frasco y su cuchillo para empezar a tomar con el parte de la pus y la sangre de la bestia- tenemos que irnos Tom, pronto vendrán más -.

-¿Qué estás haciendo? - eriguo Edrei con asco mirando como "Patrick" rascaba con su pequeño cuchillo el interior del hocico de la bestia arrancándole parte de la encía para guardarla en un paño grisáceo-.

-Muestras frescas- respondió con simplicidad tomando otro pequeño frasco alargado, similar a los frasquillos que daban de muestras de perfume, pegandolo al cuerpo de la bestia tomando raspando su carne hasta obtener un líquido amarillento, el cual levantó en lo alto contra la luz antes de ser interrumpido por un zumbido directo de su reloj-vienen más por el sureste, o nos vamos o iniciamos una carnicería-.

-¿Huh? Yo digo que nos quedemos, estoy ansioso por ver sus tácticas de defensa- dijo el castaño con cinismo ampliando una sonrisa burlona poniéndome los pelos de punta- sabes es interesante tu historia- Thomas habló con ironía reduciendo su arma en una pequeña barra, cuyas puntas afiladas se comprimieron antes de colocarla sobre el bolsillo compacto de su espalda caminando hacia nosotros con aire indiferente- dices que vienes sola, lo cual claramente no es cierto, dices que estás enferma pero yo solo puedo ver que estas enferma de la cabeza, pero sobre todo dices que te perdiste y terminaste aquí- argumento dando varias vueltas pausadas a nuestro alrededor, para despues colocarse delante mio, clavando sus penetrantes ojos oscuros en mi- ¿Porque no puedo creer ni una sola palabra de lo que dices ___? No cualquiera entra al infierno y más allá de alejarse se adentra más-.

-Todo el mundo es un infierno, Londres no es la excepción - respondí con firmeza intentando no intimidarme por la cercanía del castaño que alargo otra risa burlona, tomandome con brusquedad el inicio de mi clavija, atrayendome hasta pegar la punta de su fría nariz a mi pómulo derecho, ganándose un gruñido amenazador por parte de Edrei-.

-¿Infierno? Interesante descripción, pero creo que eres demasiado exagerada al considerar esto un infierno- respondió con tranquilidad permitiendome sentir su aliento cálido sobre mi mejilla, me tenía completamente sometida, lo cual en sí ya era bastante malo-.

Una de las primeras reglas para sobrevivir ante todo era no dejarse someter nunca, sin embargo frente a Thomas y sus barras de hierro, frente a Thomas y su astucia bruta, cualquier regla perdía validez .

-¿Tu no lo consideras un infierno?- mantener la respiración resulta sumamente dificil cuando el diablo te está apretando de las mejillas-.

-No, las personas consideran muy vagamente la palabra "infierno" la ultrajan y hacen con ella lo que quieren, por lo que lo infiernos son relativos, cada quien tiene su "infierno" como definición- podia escuchar a Edrei resoplar con fuerza detrás de mí, mientras que Thomas se aprovechaba del poder que mi miedo le había concedido, atreviéndose a subir su otra mano, para enrredarla en mi cabello, posandola con cinismo sobre mi nuca alejándose unos centímetros antes de volver acercarse, inclinándose levemente conforme me hacía inclinar la cabeza con ligereza hacia atrás,antes de cerrar los ojos rozando ahora sus labios contra la piel de mi mejilla en una tortura maquiavélica- pero no me malinterpretes, yo tambien me he creado mi definición de infierno- dijo con los ojos aun cerrados, ahora pasando sus labios por la comisura de mis labios-.

-¿Cual es tu infierno, Thomas?- sometida se queda corto para expresar, cómo los labios del castaño rozando mi piel tenian un efecto tan paralizante-.

Ni en mis más lejanos sueños había podido prever que el diablo no era un hombrecillo alto, mitad cabra, mitad humano, con cuernos alargados y voz gruesa.

-Eres tú- respondió con suavidad, incapaz de borrar su sonrisa enervante-.

El diablo no era tan diablo como lo pintan, el diablo es un joven castaño, de penetrantes ojos avellana, piel tan blanca como la nieve y labios tan mortíferos como el veneno, de voz suave capaz de engañar a cualquiera.

-Encargate del niño Patrick- ordenó Tom con firmeza haciendo que todos mis sentidos despertaran de su letargo, ni siquiera tuve tiempo de amenazar al pelirrojo que camino con fastidio hacia Edrei cuando sentí un golpe directo sobre mi nuca...despues no pude sentir nada-.

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Muchas gracias a todas por leer, espero que este pequeño capitulo sea de su agrado, perdón igualmente por la tardanza, tuve algunos problemas de salud y algunas tareas que no pude posponer.

Muchas gracias por el apoyo ❤