Cuando el mundo comienza a desmoronarse poco a poco, hasta caer a cachos ¿Qué es lo que se puede hacer por sobrevivir? sin moral, sin reglas, solo animales en busca de vida.
"Te estoy siguiendo de cerca Collins- ponía con esa letra amontonada lige...
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—¿Donde esta Thomas? —pregunte y de manera inmediata pude sentir el cosquilleo adolorido recorriendo cada parte de mi cuerpo—.
—Están en alguna parte, allá afuera —replicó el pelinegro dejando de tenderme su mano para mirar al principio de la sala— ya ha pasado un día entero, debemos irnos—.
Edrei parecía una persona completamente diferente, como si pelear con la bestia que no podía verlo le hubiera dado por sí solo más confiabilidad.
—Vamos ayúdame a buscar una salida —pidió dejando mi mochila cerca mío antes de ponerse de pie, corriendo hasta bajar del escenario de un salto—.
Y cuando el miedo llegué...cuando ya no te escondas más... sabrás cuán valiente has llegado a ser.
—Es hora— me dije a mi misma moviendo mi cuerpo con lentitud, sintiendo los espasmos y el cosquilleo adormecerme los brazos según recargaba mis codos sobre el suelo—.
Todo estaba perfectamente en su lugar, como si en el teatro no se hubiera desatado una batalla gratural, cuya única prueba veraz de ello eran los asientos rotos y desgarrados y la sangre coagulada en el suelo.
—Maldita puerta —se quejó Edrei, intentando adivinar el patrón de la bestial puerta de iridio, desesperado y nervioso de que Thomas y Patrick llegarán antes de que nosotros nos fuéramos— ¡Maldita sea! —gritó una vez cansado de tirar, soltando una patada a la puerta para girarse desesperado—.
—No se abrirá, este lugar se podrá caer abajo y esa puerta no abrirá— asegure arrastrándome hasta que pude llegar a la orilla del escenario, tomando los extremos para apoyarme y ponerme de pie, no sin antes sentir un dolor agudo clavandose en mi espina dorsal, recordandome de lo que estaban hechos mis huesos—.
—¿Alguna idea? —pregunto Edrei tomando su mochila para mirar su interior en busca de algo que pudiera servirle—.
—Antes de desesperar en la batalla tienes que mirar el campo— dije a lo que Edrei dejó de buscar entre su mochila para mirar alrededor— el teatro, al menos gran parte de las paredes están quemadas, tambien prendieron fuego hace un rato y no se inmutaron ni un segundo por el humo que este pudiera desprender—.
-Ventilación- persuadió el pelinegro despues de un rato, volviéndose la mochila al hombro corriendo hasta las paredes buscando la ventila de arriba a abajo— eso explica porque el humo no se quedó en la sala...pero ¿dónde está?— preguntó despues de un rato, llegando solamente a la pequeña ventila por la que antes se había escabullido solo para ver que estaba más sellada que nunca— no la puedo abrir—.
—Ni la abrirás, es algo que ellos esperan, además, tanto humo no puede salir por ahí— mencioné acostumbrando mi cuerpo al dolor—.
—No lo entiendo— suspiró cansado y rendido soltando la pequeña rejilla para caminar hacia atrás hasta sentarse en descansabrazos rojo carmesí de la silla en la tercera hilera—.