Capítulo 7

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Cuando el fuerte de nuestro primer y último grupo cayó, todo el mundo olvidó la solidaridad, las promesas, la amistad, la moral  y la cordura, comenzaron a huir de los infectados, tirando todo por la borda, sacrificando incluso hasta su propia sangre...

Me las arregle para salir con Edrei de ahi sin se ser seguidos, a nosotros se nos unió una anciana de setenta años llamada Felicia, Felicia era muy amable y tierna, siempre me recriminaba por ser dura con Edrei. 

- Relajate, es solo un niño- repetía mientras lo abrazaba escondiendolo entre su pecho, a la par que Edrei aceptaba el abrazo dando largos sollozos-. 

Por mucho que me doliera ser dura con él...no podía adoptar otra actitud con Drei, quería que estuviera preparado para todo, por si alguna vez yo llegase a morir...él pudiera seguir adelante, como un hombre de bien, honesto, que ante la podredumbre del mundo él pudiera hacer la diferencia, aun que fuera tan solo para unos cuantos, en si no tenia problema con que ella le diese el cariño que mi hermano desde su nacimiento siempre anhelo, no tenía problema con ello,  todo hubiese estado bien, solo que Felicia era un problema constante. 

Más allá de sus articulaciones gastadas y su poco espíritu de lucha Felicia era muy parlanchina y gritona, en cada anécdota terminaba alzando la voz a niveles estresantes, incluso para Edrei que la amaba como a su propia madre, incluso más que a mi, le llegaba a resultar exasperante la falta de cautela en la mujer mayor. 

Nos pidió que la llevaramos a España, por alguna razón ella albergaba la esperanza de encontrar a sus nietos allí, lo que me parecía extraño es que solo decía. 

-Iremos con mis nietos- ¿Que hay con sus hijos? Los padres de sus nietos-. 

Al final preferí no preguntarle, asumiendo que se habían envuelto en una guerra familiar y ahora no se hacían en el mundo, por alguna extraña razón la seguimos, la ayudamos en su deseo, creo que fue porque realmente no sabíamos donde mas ir, esperaba con ansias encontrar en el camino una ambulancia o un hospital para sacar medicina para mi hermano que ya estaba tan acostumbrado a la sangre en las paredes, los cristales rotos y el hedor axfisiante. 

Cuando llegamos a España, Madrid, Felicia sacó un pequeño teléfono de entre sus ropas ¡La maldita bruja tuvo un telefono todo ese tiempo! nisiquiera pude hacer algo por taclearla cuando tras marcar y contestar la llamada un grupo de hombres salieron a nuestro encuentro, amenazandonos con sus ametralladoras. 

-¡De rodillas en el suelo, manos sobre la nuca, primer movimiento en falso y te vuelo la tapa de los sesos!- nos habían rodeado a la mitad de la calle, Edrei me miro asustado, esperando que ya tuviera un plan, no podía hacer nada, los obedeci, rodillas contra el pavimento, manos en la cabeza-. 

Apesar de todo no pude enfadarme con Felicia, despues de todo fue la primera persona que logró reunirse con su familia, con un chico delgado y alto, con el cabello castaño y ojos que oscilaban entre el verde y el azul. 

-Buu, estas viva- dijo jubiloso mientras la estrechaba entre sus brazos, colocando su mano sobre su nuca, respirando con fuerza el olor de su abuela-. 

-Por su puesto mi niño- chilló la anciana con emoción-. 

Nos ofrecieron permanecer con ellos, nos dijeron que no eran cazadores, pero que tampoco eran presas, que simplemente eran sobrevivientes...pff, sobrevivientes...

Felicia seguía siendo un problema y aquel colegio donde se escondían comenzaba a ceder, tanto sus estructuras como su gente estaban cuarteadas, apunto de caer como el primer grupo. 

Fue la primera vez que Edrei me amenazó con matarme con seriedad, a la par que chillaba cuanto me odiaba, una patada y una bofetada fueron suficientes para callarlo. 

-Nos vamos, Felicia, que tengas suerte- dije con medio pie afuera con un hermano llorón odiandome-. 

-¡Ay no! ¡Mira cómo lo llevas! - la anciana alzó la voz como era su costumbre, poniéndome los pelos de punta, considerando que estábamos partiendo en medio de la noche prefería que no hiciera ruido- no creo que aguanten mucho- si te soy sincera, Felicia, opino lo mismo de tu grupo-.

-Gracias por la comida, cuidate- me despedí, pero no pude evitar detenerme a medio paso, consumida por la duda- ¿Que paso con tus hijos? Hablabas de llegar con tus nietos pero ellos-. 

-Ellos fueron iguales a ti- respondió con tranquilidad, la mire por encima del hombro, se abrazaba a sí misma del frío mientras miraba con ternura y lastima el cuerpo delgado de Drei- dieron su vida por mantener a mis nietos a salvo, así como tú lo harás con Drei algún día-. 

Jamás hubiese pensado que el ambiente se pondría mas pesado, ahora Edrei la miraba fijamente  maldiciendose eternamente, por haber nacido en la época errónea. 

-Sobrevive Collins, no dejes que te cacen- dijo como última despedida antes de cerrar la reja oxidada que hacían pasar como puerta, detrás nuestro, cerrando nuestra poca protección-. 

-Sobrevive, Felicia-. 

Dos meses después me entere por parte de New que su grupo había caído, junto con sus integrantes.

-¿Qué fue lo que pasó?- pregunté aún sentada sobre la silla del comisario en aquella abandonada estación, mientras Edrei tocaba admirado las nuevas armas de New-. 

-Un maldito error, una anciana habladora, llamó demasiado la atención con su gritos, los rodearon, rompieron las rejas...no encontré sobrevivientes- a pesar de que intentaba verse afectado, podía notar la emoción en su voz- me abastecí de su almacén y me adueñe de sus armas, ya no las van a ocupar- dijo con una sonrisa a la par que le pasaba sus dedos sobre el cañón plateado de su nueva escopeta, despues de todo, la desgracia de algunos es la gloria de otros-.

Ahora veía a Felicia en mis sueños, en cada ocasión que cerrará los ojos, aparecía ella, con su corto cabello platinado y sus ojos hinchados, gritando...como siempre. 

-¡No hay manera!- ¿Edrei? - ¡Hay algo que debemos poder hacer!- si...ese es Edrei ¿porque esta gritando con tanto enojo? - ¡Ya verás!-. 

-Drei- me levanté de golpe completamente alarmada, seguía en el helicoptero, ni Edrei ni New estaban, solo yo, me habian dejado acostada en el asiento, con la mascarilla de oxígeno cuyos tirantes de goma se ceñian a mis pómulos y la sudadera de Edrei sobre el cuerpo-. 

-No voy a negociar con niños- repuso en un hilillo desesperante New-. 

 Me apoye sobre el asiento, hasta que finalmente pude levantarme, sacandome la mascarilla, deslizándome fuera del helicóptero hasta acostumbrar mis ojos a la luz solar. 

Habíamos parado sobre la base de un edificio, desde donde se podía apreciar parte de la ciudad en ruinosa que alguna vez fue infinitamente bella. 

-¿Qué está pasando? - pregunte con pesadumbre,  New y a Edrei estaban a varios pasos de distancia,  mantenían una acalorada conversación donde ambos intentaban mantener la calma-. 

-Buena hora de despertar- mencionó New mientras se recorría, permitiendome ver el mapa que estaba extendido sobre la base de cemento de algún aire acondicionado que sobresalía del techo- te desmayaste por la impresión- me informo serio- pensé que te daria un paro cardiaco antes de despertar-. 

-Pues ya estoy aquí ¿Qué es lo que pasa? - el mapa delante mio ahora tenía delante mio, lucia un tanto diferente al que había visto con anterioridad, New había hecho un nuevo señalamiento con su plumón desgastado desde nuestro punto hasta la barricada de cazadores-.   

-Tenemos problemas- dijo con angustia Edrei, señalandolos algo con su dedo índice-.

Eran más, muchos más, criaturas sin piel que comenzaban a atacarse entre ellas.

-Mierda...- dijo un New asustado, sin habla, una de las creaturas dejo de morder el cuello de su compañero para ver hacía nuestra dirección, alargando un gruñido- ¡Nos vieron!-.

Decir que estabamos en problemas era poco.

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Survive (Tom Holland y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora