Capítulo 23

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Christopher miró con desasosiego la entrada de la desconocida casa.

Luego de presentarse en el club y llevarse una severa reprimenda por parte del profesor, el adulto dictaminó que debía ordenar el gran caos ocasionado en estas semanas.
Entre ellos, la obligación de ir en búsqueda de Felix a la que por supuesto no tenía cómo objetar.

"..la única conclusión a la que he llegado con las ausencias de Lee Felix es que usted es gran responsable y como co protagonista. Vaya y hágalo entrar en razón porque tenemos una obra que continuar.."

Fue así como el de cabello oscuro terminó de pie.
Frente a la entrada de la casa del representante rubio dudando en si debía tocar el timbre o no.

En un arrebato de valor, apretó el botón y se mantuvo firme en la espera de encontrarse con esa mirada filosa.

Y así fue que segundos después, la puerta se abrió frente a Chan que se encontró con una mirada indescriptible.

No sabía si era sorpresa, enojo, alegría..
pero ninguna de las opciones le infundió tranquilidad.

—¿Chan?—alzando una ceja, inquirió—¿Qué haces aquí?

—Hola príncipe—queriendo sonar casual, saludó—¿Cómo estás? Han pasado unos días. ¿Verdad?

Una pregunta muy innecesaria y el rubio no dudó en mostrar su antipatía.

—De maravilla—esbozando una ancha sonrisa de dientes, respondió—¿No ves cómo brilla el sol porque existo?

Agregó en un obvio tono sarcástico y ácido.

—No uses el sarcasmo conmigo.

—Entonces no hagas preguntas que desde un principio son absurdas.

—Está bien, mala mía—Chan se disculpó—¿Puedo pasar?

—No.

—Qué lindos modales tienes con los invitados.

Chan soltó burlón y Felix se mostró incrédulo.

—No eres un invitado—sentenció—¿Qué quieres?

Exigió. Postrado en el espacio separando la puerta entreabierta y la pared.

—Vine a buscarte.

Anunció Chan

—¿Buscarme?

—¿Por qué estás faltando a teatro?

Respondió con otra pregunta, pidiendo una explicación.

—No es de tu incumbencia.

—Lo es—reafirmó—Me preocupa.

Ante lo escuchado, Felix soltó una risotada.

—No te comprendo Christopher. ¿Primero me evitas y ahora estás preocupado? No fastidies—siseó con intención de cerrar la puerta—¿Acaso no me dejaste en claro que no te siguiera molestando? Pues eso hago.

Notando las intenciones del menor, Chan impidió el próximo movimiento sujetando la puerta.

—¿Y estar molesto conmigo influye que no estés yendo al club?—chasqueó la lengua un tanto molesto por la impropia actitud del contrario—No eres así, Felix. Ni siquiera por un imbécil como yo.

El menor no respondió.

Mantuvo su mirada fija en el adverso por unos largos segundos.
Analizando las palabras del mayor que, bastante razón llevaban.

¿Por qué se estaba comportando así?

Soltando un frustrado suspiro, volvió a hablar.

—No me gusta arrastrar mi malhumor al club, por eso no he estado yendo—explicó con la misma expresión neutral—Es cierto, no es típico en mi persona, pero me he dejado llevar por mis emociones—a continuación, el rubio dió un paso hasta salir de la casa y le indicó a Chan que lo siguiera—Hablemos aquí en el patio de la entrada.

Colisión escénicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora