Capítulo 55

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El baile comenzaba a ser el protagonista principal en la vida de Felix.

Cuando tenía esos momentos libres, se dedicaba a bailar.
Perfeccionar las técnicas, expresar lo que sentía desde adentro.

Se había vuelto un desestresante, un escape, pero también en una libertad.

Era la primera vez que experimentaba una sensación tan nueva, incluso más intensa que el actuar.

Bailar podía ser su huída de la realidad, pero también su arma más poderosa.

Para su desgracia al estar concluyendo el año, no podía anotarse en el club de baile.
Sin embargo, su obstinada actitud de pasearse por el club ajeno llamó la atención de Minho quien, tras hablar con el pecoso, lo invitó a ser observador en las clases.

Y Lee Felix tenía la suerte de tener una memoria visual muy buena.
Lo que por supuesto, lo hacía aprender nuevas técnicas con sólo observarlas.

Ansiaba indagar más, quería incluirlo en su actuación.
Combinar ambas actividades y experimentar la más intensa plenitud.

No significaba que su nueva pasión por el baile lo haya deslumbrado más que el teatro, no.
Jamás podría abandonar el escenario y bajar el telón para siempre.

El actuar seguía siendo su más fuerte motivación y pasión.

Sin embargo, quería descubrir y centrarse más en perfeccionar su danza.

Se había dado cuenta que, al haber estado tan pendiente de lo que hacía Chan, dejó a un lado hobbies que le hacían mucho bien.

El más importante: Visitar el invernadero.

Así que esa tarde después de sus clases, decidió ir al sitio donde al llegar se asombró con las nuevas especies de plantas y con viejas amigas que habían crecido mucho desde la última vez.

Avanzó por los añorados laberintos verdes, embriagándose de esa tranquilidad que le transmitían las plantas y no se privó en sacar fotos.

Se encontró con especies que lo hicieron sonreír nostálgico: Las lunarias, claveles, camelias, narcisos...

Se detuvo a observar los últimos en detalle y recordó aquel otro significado que siempre olvidaban de dicha flor:

El amor propio.

Y fue allí que comprendió que siempre había sido un narciso:

Con su orgullo y egoísmo que lo llevó a ahogarse en sus mismas inseguridades.
Sin embargo, finalmente comenzaba a ver su propia fortaleza

Y quería cuidarla, brindarle amor.
Tal como si fuera una flor.

Él era esa flor y a partir de ahora, empezaría a amarse como se lo merecía.

...🎭...

Chan yacía muy sumergido en la música reproduciéndose en los auriculares cuando una mano golpeó levemente su hombro y sin quitarse los audífonos, alzó la mirada encontrándose con Felix.

Desde la penosa situación que no seguían en buenos términos.

Compartían palabras sólo por la obligación de sus papeles en la obra y aunque podían cooperar sin problema, por momentos el profesor les llamaba la atención por la "distante química" que había entre ambos.

Y no se hacía un ambiente muy favorable ni cómodo.

Faltando aproximadamente quince minutos para comenzar la clase de teatro, Felix visualizó al mayor sentado en la entrada del club con sus audífonos puestos.

Colisión escénicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora