Capítulo 52

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Tras el no muy desapercibido escándalo, Seungmin, Hyunjin y Jeongin se llevaron a Felix hacia otro sitio.
Claro que la idea era distraerlo, pero también hablar con él.
Como debían hacerlo.

Felix se veía desvaído.

Las lágrimas que no se atrevió a ocultar, descendían por su rostro sin ataduras.
La presión en su pecho se volvía cada vez más insoportable, obstruyendo el poder respirar con normalidad.

Dolía tanto el impacto hacia la realidad.

—Felix...—Seungmin sujetó el rostro de su mejor amigo. La preocupación reflejada en sus redondas orbes—Te estás perdiendo por seguir atado a una relación del pasado cuando no tiene por qué ser así. Tu nunca permitirías esto.

El pecoso se había recostado en el tronco del gran árbol del patio trasero.
Tenía sus piernas dobladas sobre el abdomen y las abrazaba con ambos brazos.

No sólo se veía indefenso para el ojo del resto, también en su interior se sentía de la misma manera.

Quebrado, roto... desamparado.

—¿También creés que esto ya es parte del pasado Minnie?

Cuestionó en un tono muy débil, sin intenciones de pelear.

—No lo creo, es así.

—Tienes que parar Felix y si tenemos que darte un par de golpes para que vuelvas a ser el de siempre, lo haremos—Jeongin se sentó frente al pecoso, palmeando sus rodillas—Porque te queremos.

Seungmin y Hyunjin miraron al menor con mala cara, pero no pudieron evitar sonreír al respecto.

Al final, esa era su forma de demostrar cariño.

—Jeongin, ese no era el plan.

Seungmin negó con la cabeza, sin dejar de acariciar la cabellera oscura de su mejor amigo.

—Lo siento, pero lo que quiero decir es que estamos aquí. Apóyate en nosotros—Jeongin volvió a hablar más sereno, buscando la mirada de Felix que lo miró por unos segundos—Sí, debe sentirse horrible el proceso de una ruptura y todas sus etapas, pero no creo que sea el fin del mundo. Menos para una persona con tanta fortaleza como vos, Lix.

—Tal vez esa fortaleza nunca existió Innie—el pecoso ladeó una diminuta y angustiada sonrisa—solo la inventé.

—No digas eso—Hyunjin imitó la misma acción del menor y arropó una de las manos de Felix entre las suyas—Creo y los tres aquí presentes creemos en quién eres Lee Felix. Más que ser el impecable representante del club de teatro, eres una persona extraordinaria, innovadora, creativa, muy pasional, soñadora y con una confianza en ti mismo que es admirable—expresó sincero—El amor puede llegar a nuestra vida y dejar vestigios buenos, como también malos. En tu caso experimentaste el amor por primera vez y fue una explosión, una colisión entre tus ideales, cualidades pero también el que te hizo reconocer ese interior que resguardaste muy en el fondo de tu ser y con ello tus debilidades—prosiguió, con ese tono tan sereno y confortable que lo caracterizaba—Esas que siempre te has empeñado en ocultar hasta de nosotros—Felix alzó un poco la cabeza, mirando a su amigo con ojos cristalizados—Este no será un proceso fácil, pero estamos aquí para que te apoyes en nuestro hombro.

Hyunjin concluyó.
Deslizando suavemente la yema de su pulgar por el dorso de la mano adversa que se dejó arrullar por ese mimo.

—Caer en la realidad de que Chan ya no siente lo mismo por mí me asusta y sólo no quiero creerlo—Felix se atrevió a confesar en un inaudible tono—Es menos doloroso.

—Pero es más doloroso seguir engañándote a ti mismo, Lix.

Hyunjin aseguró y Felix se mantuvo en silencio por largos segundos.
Perdido en sus pensamientos, o tal vez en nada.

Colisión escénicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora