Capítulo 14

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 El de cabellos oscuros se acerca curioso, dubitativo.

Queriendo encontrar alguna pizca de rivalidad en el otro, más no encuentra nada.

Sólo una mirada solemne que cada segundo logra hechizarlo más.

No deberías estar aquí.

Se mantiene de pie, firme, enfrentando al de cabellos dorados.

—¿Por qué? Quiero estar aquí.

Responde sin titubear, dando un paso más cerca al de cabellos oscuros que se siente encandilado por la energía rodeando al guerrero Sol.

Algo que no sabe describir con palabras.

—Porque no es tu terreno, si nuestros reinados llegan a ver esto... Incluso los dioses...nos condenarán a muerte.

—De todas formas, nuestro destino es matar al otro.

—Sí, y debería darte miedo. Voy a destruirte.

Ataca con un semblante serio, queriendo causar temor en el otro.
Buscando alejarlo, aunque en el fondo anhele tenerlo más cerca.

—No creo que sea así, no quieres hacerlo. Guerrero Luna.

La respuesta del de cabellos dorados lo deja estupefacto.
Retrocede unos pasos temeroso.
O quizás asombrado por las palabras de ese astro tan opuesto y cálido.

Ni siquiera sé lo que quiero. ¿Y si lo descubrimos juntos?

De sus labios se escapan esas palabras que no comprende y en donde comienza un cruce de miradas con el de cabellos dorados en donde no dejan de avanzar en movimientos circulares.

Creando un baile imaginario entre ellos.

—Hagámoslo, aunque estemos traicionando nuestros orígenes.

—Y engañando al destino.

...

Los aplausos y vitoreos resonaron en sus oídos.

Sacándolos de esa ensoñación en la que yacían sumergidos y no sólo por estar interpretando sus respectivos personajes.

—¡BRAVO! ¡MARAVILLOSO!—el profesor exclamó, sin dejar de aplaudir con reiterada emoción—La esencia que han mostrado tan sólida de los personajes, estoy orgulloso de la química que han creado estas semanas—felicitó a los protagonistas que sonrieron, un poco tímidos por el cumplido—Con el avance que han tenido estoy más que seguro de que van a lograr plasmar la historia espléndidamente bien.

Chan y Felix se miraron sonrientes.

Complacidos por la buena interpretación de la escena que ensayaron durante horas.

—Bueno muchachos, sigamos con otras escenas y a seguir practicando—el profesor volvió a hablar, dirigiéndose a todos los presentes—Recuerden controlar sus cuerpos. Cada uno debe inhalar, exhalar y perder el pudor para explayarse frente al público. Hay que tener en cuenta que cuando actuamos, nada es imposible.

El menor finalizó la oración del profesor al unísono.

Gesticulando de la misma forma por tener las palabras bastante memorizadas a causa del repetitivo discurso y el mayor carcajeó por la burla actuada que le hizo desconcentrarse de la nueva lección.

                               ...🎭...

Dos horas más tarde, la práctica del día llegó a su final y con ella también el alivio de los jóvenes que ya querían salir del club por el imprevisto tiempo extra realizado.

Colisión escénicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora