Capítulo 37

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Chan se quedó impresionado cuando Felix se presentó frente suyo con el cabello oscuro. 

Parpadeó en reiteradas veces para corroborar que su visión no le estaba fallando y el delicado príncipe ególatra ahora se veía más intimidante de lo habitual.

—¿Qué piensas?

La voz del menor llegando a su lado lo sacó de sus pensamientos y, sin disimulo, siguió detallando el cambio de imagen del contrario que lo hacía lucir muy atractivo.

Más de lo que ya le gustaba. 

—Es un cambio muy drástico—Chan respondió sincero, sin alejar su enamorada mirada del menor—Me encanta, demasiado. 

—Soy una persona que se aburre mucho de su cabello—Felix confesó, ladeando una sonrisa—Quizás sea temporal porque no me acostumbro, pero se me ve bien. 

—Tengo a mi Frank Iero personal.

El mayor murmuró.
Causando una leve carcajada a Felix por la ocurrente comparación.

Debía admitir que, Chan vistiendo prendas blancas era muy inusual y pensó que de alguna manera, él también había sido sorprendido. 

—Oh, me veo como tu guitarrista favorito—lamiendo fugazmente su labio superior, el menor se aproximó al cuerpo de Christopher y subió sus manos hasta rodear el cuello—Con razón estás babeando.

—Es que me agarraste desprevenido—confesó, volviendo a sus sentidos aunque se hacía imposible teniendo al pecoso tan cerca—No sé cómo reaccionar a que ahora te ves como un enigmático sol negro y sigues teniendome tan...—llevando sus manos al rostro del menor, Christopher siguió—...jodidamente loco por ti, Príncipe. 

Felix no respondió. 

En su lugar, un fuerte sonrojo se apoderó de su rostro y Christopher soltó una dulce risita por la imagen tan encantadora frente a sus ojos.

—No soy de avergonzarme cuando me dicen un cumplido—segundos después, el menor articuló, dirigiendo la mirada al piso—pero es distinto cuando se trata de vos y—arrugando la nariz, golpeó levemente el hombro de Christopher—Ya vámonos. ¿No dijiste que querías pasar toda la tarde en ese sitio?

—Sí—el mayor le entregó uno de los cascos protectores al contrario y se subió a la moto—¿Estás listo para escaparnos?

La traviesa sonrisa en el rostro de Christopher se presentó mientras apretaba el acelerador del vehículo y Felix pensó en el excitante viaje esperándolos.

—Nunca estuve tan seguro. 

                              ...🎭...

Después de un largo viaje en moto, llegaron a un extenso prado con flores silvestres alejado de la sociedad que, de inmediato llamó la atención de un muy emocionado Felix que se quitó el casco y observó los alrededores con pupilas muy abiertas. 

Chan se dispuso a aparcar el vehículo y comenzó a bajar las mochilas con pertenencias, alimentos y bebidas para pasar gran parte de la tarde. 

Le dio una rápida mirada al menor que se veía muy luminoso correteando por los pastizales y sonrió enternecido por la hermosa vista deleitando sus ojos. 

Definitivamente, había encontrado ese sitio para presenciar la sublime libertad y belleza de ese príncipe. 

—¡Qué hermoso lugar!—Felix se acercó con una ancha sonrisa—Tenías razón, me encanta.

—Te lo dije—buscando un lugar entre el pastizal corto donde sentarse, Chan respondió—Lo primero que pensé al verlo, fue en vos.

—Y no te equivocaste—el menor respondió, sentándose sobre las piernas del mayor que lo acogió entre sus brazos—me encanta, incluso estás tan guapo hoy. Es raro verte con una camisa blanca.

Colisión escénicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora