Capítulo 10

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En un abrir y cerrar de ojos, la mañana siguiente llegó con pocas horas de sueño para Chan que por estar muy interesado en los descubrimientos en torno a la planta, pasó por alto el dormir correctamente.

Y aunque era Domingo, tenía que ir al trabajo.

Fue así que entre bostezos, apagó la alarma y se preparó para su turno mañanero en el mecánico.

Ya listo, se dirigió a la cocina donde visualizó el pan tostado del día anterior y sujetó la rodaja entre sus dientes mientras se disponía a dejar un mensaje de texto a su jefe.
Antes de guardar el celular y salir de la casa, detuvo su caminar abruptamente;
hoy era su turno de mostrarle un sitio al principito y se abofeteó mentalmente al no tener idea de lo que debería hacer.

Excelente. Se desveló por culpa de una planta y olvidó por completo su otra responsabilidad.

Decidió restarle importancia y dirigirse al mecánico.

Ya tendría alguna idea al respecto.
Aunque en el fondo, quería cumplir con su palabra de mostrarse sincero frente al vanidoso de teatro.

                               ...🎭...

Luego de recibir un mensaje del mayor anunciando que lo encontraría dentro de una hora en el parque cerca del instituto, Felix se dirigió al conocido sitio.

Intrigado por el paradero esperándolo.
No obstante, cuando visualizó a Chan llegando en su motocicleta y por consiguiente no recibir ninguna señal, comprendió que el parque sería el único destino por hoy.

Hizo un mohín, disgustado por las disparatadas ilusiones que se creó en el trayecto.

Tampoco es como si dicho lugar no fuera de su agrado, claro.
Más cuando lo predominante era la naturaleza y tranquilidad.

—Buenas tardes Príncipe—Chan saludó esbozando una sonrisa de lado—Te pido disculpas por la demora, tenía turno en el trabajo.

Explicó caminando al lado del vehículo seguido por Felix que apreció con más atención su vestimenta, notando que traía un uniforme de color azul típico de los talleres.

—Buenas tardes Chan y no te preocupes—prosiguió—Así que ¿Trabajas?

—Sí, en un mecánico—el mayor agregó antes de colocar el pie de la moto y sentarse en el pastizal—Trabajo de medio tiempo, aunque muchas veces cumplo jornada completa. Más los fines de semana.

—Comprendo—Felix respondió tras imitar la misma acción que el otro—Entonces. ¿Este parque es tu lugar favorito?

Añadió antes de dar una mirada al entorno donde visualizó la extensa cancha un poco más abajo y varios grupos de muchachos ejerciendo piruetas con skates, bicicletas, entre otros.

—Es uno de mis lugares recurridos con frecuencia—Chan respondió acomodando su mochila sobre la hierba para luego recostarse sobre esta—¿Te he decepcionado?

Acotó levantando una ceja hacia el menor que se encogió de hombros.

—No, pero me hice una imagen muy distinta.

—¿Cuál?

—Un lugar más prohibido, de esos donde se siente el peligro en cada rincón—el menor comentó fingiendo entusiasmo—Sumando un fuga en la moto, no lo sé.

Chan no pudo evitar soltar una fuerte carcajada a causa de las palabras contrarias y Felix le dio una mirada interrogativa.

—Has leído muchas novelas juveniles. ¿No? Tienes una gran fijación con el cliché mediocre—el pelinegro se burló arqueando una ceja—Si quieres un paseo en mi moto, te lo puedo conceder. Sin embargo, no cualquiera tiene ese beneficio.

Colisión escénicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora