Capítulo 45

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Chan dejó caer el agua sobre la tierra y esbozó una diminuta sonrisa. 

Helena, su lunaria, seguía creciendo con mucho ímpetu.
Las flores en tonos violetas destacaban con tanto esplendor, al igual que su ahora, gran altura.

Se le hacía descabellado el cómo ha mantenido a dicha planta.
Cómo a pesar de tantas veces en las que casi no sobrevive, ella sigue allí.

Brindándole su vitalidad, luz y siendo uno de los principales motivos que lo mantiene despejado de sus tormentosos pensamientos. 

Recuerda esa vez en la que, con ayuda de Felix, trasplantó a Helena al jardín del patio trasero de su casa porque la maceta ya le estaba quedando pequeña y por un momento temió que la lunaria no fuera a adaptarse.

Sabía lo caprichosa que era, pero para su sorpresa, Helena se sintió mucho más alegre con su amplio espacio que le permitió florecer con más fuerza.

—Sigue creciendo así, mi hermosa. No le hagas caso a tu estúpido dueño. ¿Si?—inquirió, tocando fugazmente con la yema de sus dedos unas hojas de la planta—Estás acaparando todo el jardín, mamá se pondrá celosa.

Añadió, soltando una breve risita y alzó la vista hacia el despejado cielo.

La mañana se sentía agradable y por alguna razón ello le agradó mucho.

Pensó en lo hablado la tarde anterior con su jefe luego de disculparse por sus indebidas acciones e irresponsabilidades, merecía ser despedido y lo sabía muy bien.

Sin embargo, el adulto mayor le dió un corto descanso para aclarar sus pensamientos y volver renovado.

Claro que, agradeció muchísimo la empatía y amabilidad de su jefe al respecto. Prometiendo que volvería a ser el eficiente trabajador que ha sido desde el día uno.

En el fondo, esa sensación de no merecer un genuino trato cuando no cumplió con su labor lo inundó, pero también se sintió reconfortado ya que, actualmente, el adulto mayor era el único que había buscado comprenderlo.

Debía estar muy agradecido con el jefe que tenía. 

Liberó un pesado suspiro y se puso de pie. 

Caminando rumbo al hogar con la idea de aprovechar el día y despejar su mente buscando inspiración para volver a dibujar. 

Lo necesitaba mucho. 

Aunque sí era honesto, sólo quería desaparecer.

                             ...🎭...

Unas horas más tarde, Chan llegó al parque y buscó un lugar alejado donde instalarse. 

Estar allí le generaba una sensación agridulce porque a pesar de que ese sitio siempre fue su rincón de escape, ahora también le hacía sentir mucha tristeza. 

Apoyó su cabeza en el tronco del gran árbol y cerró los ojos.

Tratando de relajarse tanto mental como físicamente al dejarse abrazar por la sensación de calma.

Su entorno seguía igual. 

Tal vez ahora no se instalaba gran parte de la noche en el bar, pero eso no significaba que no acudiera a alguna sustancia ilícita o a la nicotina porque era lo único que lo hacía desligarse de su patética realidad.

Sus amigos se habían alejado considerablemente, ya no sentía el apoyo de ellos. 
Al contrario, sólo veía el prejuicio en sus miradas.

La última semana, Felix ya no lo trataba con tanto desprecio en el club.

Colisión escénicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora