Capítulo 32

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La clase de teatro comenzó y a pedido del profesor, el grupo de estudiantes se reunió en ronda.

A la espera de la siguiente orden del mayor.

—Primero que nada buenas tardes mis futuros actores. Me siento muy orgulloso de los progresos y alianzas que se han creado estos últimos meses. Aprendieron no sólo a adaptarse a la nueva obra, sino que también a crear lazos con sus compañeros a pesar de las dificultades—el mayor habló tranquilo, mirando a los presentes con un semblante genuino—Debo decir que me emociona y hace muy feliz que ya estemos a menos de dos meses de presentar la obra. Sé que deben tener mucha adrenalina y nervios, más los que son nuevos, pero confíen en ustedes. En lo que dieron y crearon en este transcurso de este camino. ¡Confío muchísimo en que lo harán increíble!

Los aplausos y palabras de ánimo entre los alumnos se presentaron.

Aliviados y sonrientes por la travesía con la inesperada obra que terminó conquistando más de la cuenta a todos.

—Hoy no quiero abrumarlos tanto con la obra. Se están esforzando mucho, pero también necesitan un respiro—los presentes le dieron una mirada confusa al profesor que prosiguió—así que los invito a liberarse de ese estrés por un momento. Vamos a hacer un pequeño ejercicio de dramaturgia e improvisación—el rostro de los alumnos cambió por completo al escuchar la primera palabra y el mayor viendo el pavor continuó—y antes de que me pongan esas caras aterradas o tengan una queja, les explico la dinámica—los suspiros y bufidos fueron la respuesta disconforme ante la nueva tarea—Sabemos que la dramaturgia es un tema pesado. La responsabilidad de crear una obra y escenas con el uso de su aprendizaje. Lo sé, pero solo los invito a dejar volar la imaginación por un momento, poner a prueba lo que ya saben y crear una mini obra sin el pesado cargo de presentarla. Solo quiero ideas de historias cortas, hasta pueden no tener ningún sentido. Incluso les acepto sátiras—el profesor sonrió y el resto siguió escuchando con atención—el punto aquí es expresarse, son libres de usar la imaginación al cien por ciento. Ahora hagan grupos de máximo cinco personas y sean de lo más creativos. ¡A divertirse!

Sin más que agregar, los jóvenes comenzaron a reunirse en pequeños grupos.

Donde no fue la excepción de los protagonistas que se acercaron a su conocido círculo.

Felix estuvo refunfuñando por unos segundos por la manía del profesor con sus dinámicas inesperadas.

No obstante, ver a sus amigos y a Chan meditando la próxima creación lo hizo sentirse más emocionado.

Sumando que la propuesta del adulto no se oía tan mal y la dramaturgia era de sus temas preferidos.

El profesor miró con orgullo a sus alumnos trabajando con mucha concentración y esmero.

Motivados. Compartiendo risas e ideas con el resto de sus compañeros de grupo y sonrió.

En comparación con otras veces, notó la unión y compañerismo latente entre todos los jóvenes.

Quizás tenía ese hábito de tomar ideas precipitadas. Ganándose el odio de muchos alumnos, pero no se arrepentía de esos impulsos ya que, gracias a ello, seguía fomentando el desarrollo de las amistades, cooperación y fortaleza entre los jóvenes.

Y por supuesto que no dejó en segundo plano la intensa química entre Felix y Chan.

Mucho más que las anteriores clases.

Volvió a sonreír.
Recordando la escena presenciada unos minutos antes donde los nervios, sonrojos y miradas cómplices rodeaban el entorno de los muchachos.

No le disgustó pensar lo inefable que era la situación.

La ficción había alcanzado la realidad y con mucho más ímpetu.

Colisión escénicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora