Capitulo 12

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Aún con todos los nervios que recorren mis venas tengo en valor de girarme lentamente para dar la cara a esta mujer de imponente apariencia.

Me sorprendo al encontrarme de nuevo frente a esos hermosos ojos azules tan fríos como toda la nieve de el bosque.

- ¿Que es lo que quieres?, ¿por qué me has seguido hasta aquí? - aunque intento no sonar demasiado temerosa mis nervios no me lo permiten por lo que mi voz se ha quebrado al hablar.

- Tu sola has venido a mí cuando pisaste la aldea - ella camina unos pasos atrás alejándose.

¿No está pensando en atacarme?.

- Eres una bruja terrible, Donna ya me lo ha dicho todo de tí.

- ¿Decirte que?.

- Sobre los horribles experimentos que haces con estás personas de la aldea, ¿quién te crees al sacrificar demasiadas vidas por un objetivo tan egoísta? - cuando terminó el diálogo Miranda simplemente muestra indiferencia.

Realmente no le interesa absolutamente nada lo que les ocurra a las personas a su alrededor, incluso me atrevo a decir que ni siquiera se preocupa de quienes a adoptado cómo sus hijos.

¿Pero dónde está la humanidad de esta mujer?, ¿alguna vez fue humana?.

- Nunca te callas - dice fingiendo cansancio.

- No, yo jamás seré una de tus muñecas de trapo - declaro.

Pero el silencio de Miranda me inquieta aún más, ella me está mirando como si no viera nada. Ni siquiera mis palabras logran provocarle algo.

Es verdad que en el castillo de las Dimitrescu siempre fuí tratada como una insignificante basura de criada, pero estando aquí frente a los fríos e indiferentes ojos de Miranda es completamente otro nivel.

Tan solo soy un producto, un objeto, un recipiente desechable.

Intento dar un paso hacía atrás, pero me doy cuenta de que mis pies se encuentran atrapados y no en la nieve.

Es una viscosa masa negra en la que mis pies han comenzado a hundirse.

Entro en pánico y comienzo a tirar de mis pies intentando escapar pero esto solo empeora.

- ¡Bruja!, ¡suéltame! - grito desesperada.

Miranda comienza a reír nuevamente de esa forma retorcida y malvada hasta que desaparece en una nube de cuervos. Mientras que la misma masa que se lleva mis pies comienza a extenderse en forma de raíces subiendo a lo largo de mis piernas hasta envolverme por completo.

Cuando terminó resignandome a morir tragada por el suelo, soy liberada. Aunque no de el todo pues he reaparecido en otro lugar.

Es una celda oscura con algunas antorchas por fuera que iluminan lo que parece ser un laboratorio.

¿Que putas acaba de pasar?, ¿cómo es que llegue aquí en tan poco tiempo?, ¿dónde estoy?, ¿que me hizo esa bruja?.

¡No puede ser!, le he fallado a Donna y no podré cumplir ninguna de las promesas que le hice antes de irme.

Grito frustrada y me lanzo contra las rejas de la celda en un intento inútil por derribarlas.

Que estúpida fuí al llegar a esa aldea...

Pero mis pensamientos son interrumpidos cuando escucho un grito desgarrador que parece provenir de otra celda.

Es el grito de un hombre, se escucha como si estuviera siendo torturado.

¡Esto es horrible!.

Ahora mismo como quisiera volver con Donna y decirle que nunca quiero apartarme de su lado, pues en su hogar y en su compañía es donde pude sentirme a salvo, jamás debí irme...

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