Pronto los cuerpos de animales muertos con los que experimentaba Miranda anteriormente se convirtieron en humanos vivos y yo estoy siendo testigo de las atrocidades que está cometiendo con esas pobres personas, pues sus torturas y castigos son cada vez más retorcidos cuando uno de estos individuos hace algo que a Miranda no le agrada.
- Por favor detente - digo entre el llanto por la impotencia de ver sufrir a esas personas sin yo poder hacer nada pues al igual que ellos soy prisionera.
- ¿Y tú qué harás si me detengo?, ¿vas a regresar la vida a mi verdadera hija? - dice sin dejar de herir al pobre niño que súplica en el suelo.
- Lo haré, solo déjame salir.
- Que estúpida eres, es obvio que no puedes tan solo eres un pedazo inútil de basura humana.
- Pero tú me cambiaste...
- Y aún así no tienes nada especial, acepta de una vez lo que eres.
Cuando la tortura para los otros prisioneros terminó, Miranda reúne los cuerpos que no han sobrevivido y comienza a desmembrarlos, siendo un escenario aún más asqueroso y repugnante para mí.
- ¿Eso ibas a hacer conmigo?.
- ¿Quieres saber la respuesta?.
- No...
La veo marcarse cargando una enorme bolsa negra que derrama sangre al arrastrarla pues ahí ha depositado los cuerpos para deshacerse de ellos.
Entonces me quedo sola en el laboratorio, aún en estado de shock, mis ojos no paran de llorar.
- ¿Madre?...¿madre Miranda?- una voz extraña de pronto suena a lo lejos y unos pasos acercándose asta revelar a un extraño hombrecito de horrible apariencia - ¡Madre!.
- ¿¡Tú quién eres!?, ¡aléjate de mí! - exclamo aterrada.
- ¿Madre dónde esta?.
- No lo sé - limpió mis lágrimas.
- Yo necesito verla...
- Ayúdame a salir y te diré a dónde se ha ido.
- No, madre se enojara y no me querrá más si lo hago.
- Tal vez ella no pero yo si - intento convencerlo.
- Mientes tú me miras como todos.
- Lo siento...no fue mi intención.
- Moreau, ¿que haces aquí? - Miranda regresa.
- Madre quería verte.
- No es buen momento.
- Madre está enojada, es tú culpa - el horrible hombre me señala.
- Moreau por favor retirate, prometo visitarte en la presa - interviene Miranda.
- Estaré esperando Madre - entonces la horrible creatura se larga.
Estando de nuevo solas cruzamos miradas pero ninguna dice nada.
A la mañana siguiente despierto con una irritante e intensa comezón en la espalda, me levanto e intento rascarme desesperadamente.
- No lo hagas - dice Miranda cuando se hace presente.
- Pero es molesto.
- Aleja tus manos de ahí - dice entrando en la celda, después de preparar una geringa con tranquilizante.
Inyecta en mi hombro dejándome inmóvil casi de forma instantánea y con eso también desaparece la molesta comezón, entonces desgarra la ropa en mi espalda.
No tengo idea de lo que está haciendo ahora pues no siento nada, pero solo le a tomado unos minutos.
Cuando termina de cambiar el horrible camisón que tenía puesto por uno igual se retira asegurando las rejas nuevamente.
En sus manos puedo distinguir que sostiene algo azul con una textura similar al papel.
- ¿Que llevas en la mano?, no lo tenías antes, ¿eso es parte de mí? - digo asustada.
- No es gran cosa - dice con indiferencia.
¿Que me está pasando?.
Observo mi piel, tiene extraños y pequeños lunares color azul resplandeciente, parece como si tuviera brillantina adherida a la piel, al igual que mis uñas son azúl brillante, también están largas y puntiagudas.
Estaré envenenada y moriré pronto quizás.
Pero la droga que acaba de inyectarme Miranda no me deja pensar más, pues comienza a hacer todo su efecto provocándome un sueño profundo.
Al despertar el laboratorio está completamente solo, con un fuerte aroma a veneno para insectos.
No puede ser, ¿dónde está Miranda?, tengo demasiada hambre que podría comerme a mi misma.
No se que hacer, mi único medio de entretenimiento es Miranda, dependo completamente de ella mientras siga presa aquí, cómo odió esto.
Aburrida comienzo a tararear una canción de piano que escuche alguna vez tocar a Alcina con sus hijas.
Así me mantuve escuchando el sonar de mi propia voz en el laboratorio hasta que empiezo a escuchar sonidos extraños como el cantar de los pájaros de afuera o el aullido de los lobos, como si quisieran acompañarme en esta melodía, tanto así que llega un momento en el que tengo que parar pues el ruido comienza a ser demasiado.
Entonces decido dejar de tararear y empiezo a silvar, esto funciona pues los animales también se han quedado en silencio, pero entonces siento como si el viento a mi alrededor comenzará a soplar demasiado fuerte, tanto que hace templar las reglas.
Entonces me detengo y miro todo a mi alrededor antes de volver a soplar, cómo lo sospechaba el viento vuelve a reaccionar.
Una enorme sonrisa se curva en mis labios de pura satisfacción, entonces empiezo a soplar mucho más fuerte hasta que las rejas salen volando junto con algunos instrumentos de el laboratorio.
¡Soy libre!.
Salgo de inmediato de ese asqueroso espacio reducido pero me doy cuenta que mis pies son demasiado torpes por lo que tropiezo en repetidas ocasiones, tirando al piso aún más objetos de el laboratorio.
Esto no es justo, yo debo salir de aquí lo antes posible o Miranda se dará cuenta.
Resignada comienzo a arrastrarme, en el trayecto encuentro una hoja de papel que logra llamar mi atención de sobre manera por la ilustración en un boceto a lápiz, junto con esta hay un texto.
Proyecto Ileana
SÍLFIDEVoladora de aspecto delicado y con mucho encanto.
Físicamente tiene la apariencia muy bella y de rasgos suaves. Tiene alas de libélula y son transparentes o con manchas iridiscentes. Sus cabellos son largos con algunos mechones azules.
De carácter amigable.
Mantendrá el aspecto juvenil durante toda su vida. Habla en un lenguaje musical, propio de seres mágicos como duendes, dríadas y ninfas....¿¡Que!?, esto es lo que soy ahora...
Cómo puedo me levanto y comienzo a descubrir mi espalda, Miranda la ha sellado con puntadas, cinta y gasas, al quitar todo esto mencionado surgen de mi espalda unas enormes alas azules similares a las de una mariposa.
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Orquídea
FanfictionDonna Benneviento Advertencia: Historia no apta para todo público, contiene escenas +18