Capitulo 17

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Donna aún sorprendida enciende las luces de la habitación y se mira al espejo, tocando su rostro como si aún no pudiera creerlo.

Camino hacía ella y la abrazo por detrás, mirándome junto con ella en el espejo.

Puedo ver un ser con orejas puntiagudas y alargadas, piel brillante, cabello con mechones azules y unas enormes alas que carga en su espalda, me veo como un hada de cuento pero se que no lo soy.

Eso es en lo que me he convertido. Un monstruo.

Donna se gira para abrazarme fuerte colocando su nuevo rostro sobre mi pecho.

- Sobreviviste para adquirir este don que solo tú podías tener - dice muy bajo.

Sonrio satisfecha pues ahora entiendo que todo a valido la pena con tal de vivir este momento, yo y Donna feliz con su imagen.

Disfruto de su abrazo acariciando su espalda, sintiendo la calidez de su cuerpo después de pasar tanto tiempo en la fría celda de el laboratorio y atravesar una helada ventisca.

Todo en casa de Donna es tan cálido pero se que no durara, pues estoy segura de que ahora que escapé de Miranda ella me buscará en cada rincón.

- Ileana...has cambiado demasiado, será todo un gusto diseñar nuevos vestidos para ti - levanta su mirada para verme muy de cercas.

- Ya quiero verlos...- acaricio su cabello - una vez que nos larguemos de aquí...

La expresión de Donna vuelve a cambiar a una triste - No lo sé Ileana, yo no podría.

- De que hablas Donna, ¿tienes idea de lo que realmente piensa de ti esa mujer?. Ella no te ama.

- Lo se...- ahora yo la miro triste - es difícil asimilarlo, sabes que ella fue mi único consuelo después de que mis padres murieron - se aleja de mi y mira por la ventana como si quisiera escapar de su realidad.

- Pero estoy aquí ahora, ya no la necesitas - vuelvo a tomarla por la cintura en un abrazo  para demostrarle que tiene mi apoyo y compañía.

- Soy tan feliz de saberlo, honestamente no sabría que hacer sin ti - admite - Solo dame un tiempo para superarlo.

- Lo entiendo Donna pero yo no puedo permanecer aquí.

- ¿A dónde irás?.

- No lo sé pero será lo suficiente lejos para que Miranda no me encuentre.

- Por favor no te vayas otra vez - toma mis manos aferrándose a ellas.

- Siempre voy a estar aquí para ti.

- Quédate prometo encontrar el mejor escondite.

- Está bien Donna, me quedaré donde tú me digas - doy un beso en su frente lo que la hace sonreír de nuevo.

Después con ayuda de Donna pude liberarme de la única prenda que me cubría, pues según ella era horrible además no iba acordé conmigo, entonces me coloco una de sus pijamas.

Pasamos la noche juntas otra vez dormidas en la misma habitación como lo fue antes, caí en un sueño profundo pues hace seis meses que no duermo bien, estaba exhausta.

Al despertar lo primero que veo es a Donna abrazada a mi cuerpo, su respiración mientras duerme es relajante y ella luce tan hermosa.

Acaricio su mejilla.

Estaba decidida a seguir contemplando a mi adorable acompañante hasta que un horrible graznido desde afuera me hace apartar la vista.

Entonces ahí lo veo parado sobre la cómoda, un cuervo viéndonos fijamente.

OrquídeaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora