Llegando al castillo Parte 25

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—Señora Hilda le presentaré a Nana ella me ha enseñado todo lo que sé de la cocina y los banquetes

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—Señora Hilda le presentaré a Nana ella me ha enseñado todo lo que sé de la cocina y los banquetes. Le pediré que haga algo especial para usted — dijo Kate

En cuanto llegaron a la puerta la vio Nana y corrió a abrazarla.

—Mi niña Kate!, que desgracia que tengas que estar aquí de nuevo — le dijo al oído con sus ojos con lágrimas

—No temas Nana, esta vez el conde está distinto algo le pasa, ni me ha golpeado — dijo en voz baja a Nana — te presentaré a alguien

Se acerco a la tía Hilda.

—Ella es la señora Hilda les debo mucho, son una familia de verdaderos nobles — dijo Kate

—Un gusto en conocerla mi Lady, gracias por proteger a mi niña Kate — dijo Nana

—Oh no se preocupe Kate es un encanto de joven, se ha ganado nuestro corazón — dijo tía Hilda

—Porque no preparamos esa rica carne asada para la señora Hilda, ella cenará y luego ira a descansar a su hospedaje que ya tiene reservado — dijo Kate

—Me apresuraré entonces para que puedan descansar temprano — dijo Nana

—De verdad tu Nana es adorable ahora entiendo que la veas como la mamá que te hacía falta — dijo la tía Hilda

*Narrador omnisciente

Y el conde se fue hasta su cuarto mientras las dos quedaron en la sala.

Al entrar en el cuarto remodelado se quedó a mirar y reparar en cada detalle. Y si, era un digno cuarto de recién casados.

Mientras preparaban la cena, Kate llevo a uno de los cuartos a la Tía Hilda y solicitó a los sirvientes le llevaran un poco de agua para que la señora se refresque antes de la cena.

Y salió del cuarto rumbo a la cocina, entonces la intercepta el conde y la llama.

—Ven aquí, quiero que veas algo— Y ella fue

Entonces le hizo mirar su cuarto y le preguntó que le parecía la decoración.

—Está muy bonito, es un buen cambio — dijo Kate

—Entonces es de tu agrado? — dijo el conde — ve y mira los vestidos y las cosas que están en el closet

Y Kate fue y estaba lleno de trajes, zapatos, joyas, perfumes y maquillajes. Si sus hermanas hubiesen visto eso estarían vueltas locas por quedarse con todo. Pero a ella le recorrió un escalofrió por el cuerpo ver todo eso y la decoración de la habitación.

—Son cosas muy bonitas; ¿piensa casarse y traer novia señor padre? — pregunto Kate

—Son para mi futura condesa —respondió el conde

—Qué bueno ya era hora que se case ha guardado suficiente luto — dijo Kate y se apresuró a salir del cuarto

Cuando estaban en la cocina con tía Hilda hablando de recetas, Kate se dio cuenta que la tía echaba gotas de algo en los jugos que amablemente ofrecía a los sirvientes y entendió que era para que durmieran profundamente. Y todos recibian los jugos agradecidos de la amabilidad de la elegante señora.

El último trenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora