La boda Parte 7

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Se acercaba la fecha de la boda y el Conde ni siquiera había tocado el tema del vestido de novia

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Se acercaba la fecha de la boda y el Conde ni siquiera había tocado el tema del vestido de novia.

— mi señor padre, estamos próximos a la boda y todavía no he visto el vestido que usaré— dijo Kate

— ya elegí uno, lo traerán esta tarde y te lo medirán — dijo el Conde

— muchas gracias mi lord —dijo Kate contenta y salió caminando rápido de la emoción.

* En la biblioteca del Conde

— tenemos que hablar Elizabeth — dijo el Conde

— sí señor padre, escucho — respondió

— el matrimonio de tu hermana es una pantomima, en cuánto la presenté a Henry él no quería casarse, ya te imaginas por qué. —dijo el conde

Y Elizabeth solo reía de la burla hacia su hermana

— se casará con tu hermana para no perder su herencia, pero quién hará los honores del hecho serás tú— dijo el Conde

— pero ¿cómo? ¿Acaso solo estoy destinada para ser la amante de un hombre? —dijo ella sorprendida

— solo por el momento, en cuanto hayas parido un hijo varón, me lo entregarás para que sea criado por mí, bajo mi protección con mi apellido y mi título. Luego haré desaparecer a tu hermana. Y tú te convertirás en la esposa legítima. Ten por seguro que Henry jamás tocará a tu hermana. — dijo el Conde

— entonces Henry está de acuerdo con todo esto? —preguntó ella

— por supuesto de lo contrario no hubiese accedido — dijo el conde

—y Kate lo sabe? — preguntó extrañada

— claro que no, tampoco debes decirle, no seas estúpida! —dijo molesto el conde

— no lo haré. Henry es demasiado para ella, siempre lo he pensado — dijo Elizabeth

*Narrador Omnisciente

En la tarde llego el sastre con el vestido de novia.

Y si bien era blanco en realidad no se veía bonito. Era como si se hubiese diseñado apenas para dejar libre la cara y hasta se veía más que gorda con él.

No era lo que Kate había imaginado, este vestido no le favorecía en nada. Mas aun la hacía ver ridícula. Como una pelota blanca sin forma.

—Mi Lord disculpe mi atrevimiento, pero este vestido se ve mal. Mi futuro esposo se puede sentir ofendido ya que me hace ver ridícula. Si lo uso en el altar se avergonzará de mi — dijo Kate

—De que hablas mal agradecida! Es el mismo estilo que uso una de las mejores regentes de nuestro país. Cubriendo todo el cuerpo, recatado y pudoroso como debe ser en una novia virgen de la nobleza. ¡Tu marido no puede ver nada hasta la hora que consume su matrimonio en el lecho nupcial, no antes atrevida! —dijo el conde indignado y Kate solo se calló

El último trenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora