Dia libre Parte 16

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Dado que era mi día libre salí temprano a la ciudad para distraerme un rato

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Dado que era mi día libre salí temprano a la ciudad para distraerme un rato. 

Se veía que el día estaría hermoso así que me propuse disfrutarlo al máximo.

Me puse unos zapatos cómodos y un vestido floreado bien delgado para el calor y mi sombrilla.

Cuando salí por la puerta no había nadie despierto dado que era domingo y me dispuse tranquilamente a caminar hasta la ciudad lo cual me tomaría como una hora o mas por la lejanía. Pero estaba bien, la tranquilidad del camino y la soledad me hacían bien para despejar la mente y alejar la tristeza del corazón.

Cerca a la plaza habían unos juegos y al parecer habían mas personas como yo descansando de sus labores. Conocí ahí a Mary y su amigo Tom, ellos eran sirvientes de otra casa, eran cercanos a mi edad y nos pusimos  a conversar y me invitaron a divertirme con ellos.

Disfruté mucho esa día porque nunca había tenido una salida de esas. Lo único que conocía eran las cocinas y los lugares de reunión  aburridos y formales, que por lo general no hacia mas que limpiar.

Tom era muy caballero y tenia una excelente puntería en los juegos donde se deben derribar pequeños patos y ganó dos muñecos uno para su amiga y otro para mi. Lo cual agradecimos con una amplia sonrisa.

Se veía que Mery y Tom estaban enamorados pero no se atrevían a decirlo.

Entonces yo les contaba de la historia de Romeo y Julieta del maestro William, que siendo ellos de familias pudientes no pudieron concretar su amor y que al final murieron jóvenes sin ser felices. Todo por las imposiciones de sus familias adineradas que se odiaban entre si. Y que nosotros como sirvientes teníamos esa ventaja, de ser libres para amar sin tanta restricción.

Cuando me alejaba de ellos pude ver con alegría como se atrevían a darse su primer beso.

Y seguí caminando por la ciudad, me detenía de a ratos para descansar, pensaba en mis propias palabras y de verdad yo también era libre de poder conocer a alguien para ser feliz sin tantas reglas.

Claro dada mi situación tendría que volver al parque y quizás con suerte podría conocer  a otro sirviente cercano a mi edad que pudiera empezar en amistad y quien sabe, algo mas.

Me di valor para ir por las tiendas a buscar un vestido como nunca me dejaron que me pusiera, uno que me hiciera ver bonita y que no ocultara mi cuerpo haciéndome ver ridícula como el vestido de novia.

Como no tenia idea le pregunte a una vendedora que estilo me favorecería mas y me mostro uno que era hermoso y que ademas era económico. Yo podía pagarlo, pero al ponerlo me dio vergüenza de exponer tanto mi piel como nunca antes. Y me puse roja.

—Señorita si desea encontrar el amor debe ser mas valiente y audaz, con este se ve hermosa solo salga al mundo y encuentre a su amor — me dijo y con sus palabras me dio animo.

El último trenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora