Capitulo 4

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Casa de Jungkook — Busan — Viernes 24 de Abril de 2009 - 11:27 AM

Después de unos días que pidió libres para poder ocuparse de Jimin, Jungkook tuvo que volver al trabajo. No le gustaba la idea pero no tuvo otra opción, debía seguir con su vida. Jimin estaba intranquilo, no había estado solo desde que decidió dejar a Minhyuk, Jungkook había estado con él, incluso habían dormido juntos para evitar que el tuviese pesadillas.

La casa de Jungkook le parecía enorme y solitaria estando sin compañía. Se paseaba del sofá a la cocina, donde abría el frigorífico y sin coger nada de su interior volvía al sofá para repetir la misma operación a los cinco minutos. No le gustaba esa sensación en la boca del estómago. Sabía que Minhyuk estaba en prisión, pero eso no evitaba que sintiese miedo, estaba solo... solo. En un momento dado incluso creyó oír ruidos en el piso de arriba, subió, rodillo en mano, las escaleras lentamente para encontrarse con los dormitorios desiertos. Suspiró y gimió frustrado... se estaba volviendo loco.

Bajó las escaleras de nuevo y se dejó caer en el sofá, el rodillo cayó de su mano y rodó lentamente hasta chocar con el aparador que había frente a él. Miró al techo y encontró una grieta, siguió su curso durante varios segundos hasta que el ruido del timbre lo hizo dar un brinco en el sofá.

Avanzó hacia la puerta principal temeroso, no era su casa y no esperaba a nadie... aunque bien podría ser alguno de los Jeon, sabían que estaría solo y quizá vendrían a darle un poco de compañía... pero eso era improbable, todos estaban en su trabajo. O quizá Sung Jae.... no, estaba de servicio. Miró por la mirilla y una sonrisa se formó en su rostro. Abrió la puerta de un tirón y se tiró a sus brazos... lo había extrañado tanto.

— ¡Namjoon! —gritó rodeando su cuello con sus brazos.

— ¡Enano! —respondió él abrazándolo con fuerza.

Jimin gimió y sintió dolor, todavía tenía una fuerte contusión que lo molestaba en su espalda, pero abrazar a Namjoon lo compensaba. Él entró en la casa con Jimin todavía colgando de su cuello, pateó la puerta para que se cerrara y lo llevó hasta el sofá, donde se sentó y colocó a Jimin sobre sus rodillas.

— ¿Cómo estás? —le preguntó en un susurro.

Jimin no contestó, no tenía voz. Las lágrimas habían comenzado a descender por sus mejillas incontrolablemente. Le había dolido alejarse de sus amigos cuando Minhyuk se ponía agresivo porque pasaba demasiado tiempo con ellos, pero sobre todo le había dolido separase de Namjoon, él era su confidente, casi como su hermano mayor.

Namjoon era un par de años mayor que Jimin y Jungkook, se conocieron en el colegio porque Namjoon había repetido un curso, él siempre lo defendía de los niños que intentaban molestarlo, y en el instituto siempre ahuyentaba a los que intentaban algo con él, que pena que no había estado para ahuyentar también a Minhyuk...

— Siento mucho no haber estado aquí —se disculpó Namjoon.

— No te preocupes —contestó el con voz ahogada — estabas de viaje.

Se alejó un poco de él y miró sus ojos... esos ojos azules que le transmitían tanta tranquilidad.

— No es eso de lo que hablo... y lo sabes —contestó casi gruñendo.

— Ya no importa Nam... —le restó importancia.

— ¿Sabes que puedo matarlo? —sus ojos mostraban una clara amenaza.

— No merece la pena que manches tus manos con él... ya todo está solucionado —contestó Jimin.

Lo abrazó y apoyó la cabeza en su pecho... su gran pecho. Namjoon era muy grande, mucho más que él. Su aspecto amedrentaba a cualquiera, Minhyuk le tenía miedo por eso no le gustaba que compartiesen mucho tiempo juntos. No por más Namjoon era jugador profesional de rugby y por eso pasaba largas temporadas lejos de casa.

Golpes y floresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora