Casa familia Jeon – Afueras de Busan — Sábado 4 de Julio del 2009 – 06:00 PM
— ¿Cuándo tienes la próxima ecografía? –preguntó Taehyung con alegría.
— En un par de semanas —contestó Jimin con una sonrisa.
— ¿Puedo acompañarte yo esta vez? –volvió a preguntar Tae.
— Sí consigues que Jungkook te deje yo no tengo problema –bromeó Jimin.
— ¿Qué es lo que tengo que dejar? –preguntó Jungkook prestándoles atención al oír su nombre.
— Hermanito... —canturreó Taehyung— sabes que te adoro... ¿cierto? –batió sus pestañas con inocencia y colocó sus labios haciendo un puchero.
— ¿Qué quieres? –preguntó Jungkook con un suspiro.
— Acompañar a Jimin en su próximo ultrasonido.
Jungkook volvió a suspirar y lo pensó durante unos segundos...
— Está bien... iremos los tres –concluyó sonriendo.
— ¿No se molestará el Doctor Bae? –preguntó Jimin frunciendo el ceño.
— No lo creo –lo tranquilizó Jungkook— sabes que me adora, y Taehyung sabrá cómo tratarlo para que no se moleste.
— De eso puedes estar seguro Jungkook –canturreó Tae dejándolos solos.
— ¿Qué tal tú, te gusto el asado? –preguntó Jungkook casualmente.
— Bien... me recuerda a los que hacíamos cuando éramos adolescentes –dijo Jimin sonriendo al recordar.
— Sí...— concordó él— ¿recuerdas cuando Namjoon comenzó a comer hot dogs y después le vomitó encima a Seokjin?
Jimin arrugó la nariz ante el recuerdo.
— Sí... Seokjin lo obligó a comprarle ropa nueva durante dos meses –siguió Jungkook sonriendo.
— Sí –rio Jungkook distraídamente— y otro año cuando salimos corriendo hacia el río tú te hiciste daño en una rodilla y yo te cargué en mi espalda.
— Cierto –dijo Jimin sonriendo.
— ¡Chicos! –bramó Namjoon— ¡Hora de los fuegos artificiales!
Ambos se pusieron en pie y salieron al jardín de los Jeon, donde Namjoon y Hoseok colocaban los cohetes en línea recta sobre una plataforma improvisada.
— Cuidado con mis petunias –susurró Hee Jin llevándose una mano a la frente.
— Mamá están bien... mira –Namjoon cogió una flor con su dedos y la enderezó, se aguantó en esa posición durante unos segundos y después volvió a voltearse.
Hee Jin reprimió un suspiro y negó con la cabeza... Namjoon no tendría remedio, era como un niño grande.
Namjoon prendió la mecha y todos sonrieron en anticipación, el primer cohete salió disparado haciendo silbar el aire a su alrededor y explotó en el aire haciendo un abanico color verde. Jimin se estremeció cuando una brisa azotó sus brazos desnudos, a Jungkook, que estaba a su lado, no le pasó desapercibido.
—¿Tienes frío? –le preguntó en un susurro.
— Sí –contestó el— me he dejado el abrigo en el coche.
Jungkook, sin pensar demasiado en sus acciones y actuando impulsivamente, pasó sus brazos por los hombros de Jimin y lo atrajo hacía su pecho, se colocó tras su espalda, y pasando las manos sobre sus hombros las cruzó a la altura de su vientre. Jimin era unos centímetros más bajo que él, por lo que en esa posición quedaba completamente resguardado del frío aire.
Jimin se sintió protegido en ese momento, nadie, nunca, había provocado ese efecto en él. Solo Jungkook, envolviéndolo en sus brazos era capaz de conseguir lo que nadie había podido.
Las manos de Jungkook descansaban sobre el abultado vientre de Jimin, sus pequeños ya tenían cuatro meses de gestación y su abultada barriguita era clara muestra de que su embarazo seguí adelante sin ningún tipo de complicación. Ambos, Jimin y Jungkook, miraban hacia arriba distraídamente dentro de su burbuja personal.
Taehyung observó cómo su hermano y su amigo prácticamente no estaban ahí, abrazados parecían la pareja perfecta, algo dentro de él le decía que era solo cuestión de tiempo para que eso pasase realmente, y deseaba que ese día llegase cuanto antes.
Taehyung codeó ligeramente el brazo de su madre, que lo miró interrogante, le señaló la imagen de Jungkook y Jimin observando las luces en el cielo y una enorme sonrisa curvó los labios de Hee Jin y sus ojos brillaron en la oscuridad. Esta a su vez codeó a Dong Hyuk que sostenía una cámara de video, y al señalarle la misma escena, el hombre no dudó en grabar a su hijo y al que esperaba que pronto fuese su yerno.
Jungkook y Jimin estaban completamente ajenos a que eran espiados por un objetivo, sus pensamientos estaban a años luz de ese jardín, imaginándose como hubiesen sido su vida si las cosas hubiesen sido diferentes. Jungkook se arrepentía de no haber luchado más en su día, de no demostrarle a Jimin sus sentimientos y hacer que él se enamorase de él. Jimin no lamentaba haber estado con Minhyuk, eso le había llevado a tener a sus rayitos de sol en sus entrañas, y también a acercarse más a Jungkook. Aunque no estaba seguro de que tan bueno pudiese ser eso, cuando Jungkook quisiese hacer su vida y le presentase a alguien, sabía que sufriría... pero era un precio a pagar por disfrutar todo lo que pudiese ahora a su lado.
Estaban tan sumidos en sus pensamientos que no se percataron de que además del objetivo ahora todos ignoraban los fuegos artificiales, todas las miradas estaban puestas en ellos, que solo les faltaba un halo de luz para ser perfectos.
De repente Jimin se tensó entre los brazos de Jungkook, y Jungkook hizo lo propio afianzando su agarre entorno a él. Sin más, una sonrisa curvó el rostro de ambos y sus ojos casi se llenaron de lágrimas. Las manos de Jungkook comenzaron a moverse ávidas sobre el vientre de él, y Jimin sonreía mientras el agua salada tan común últimamente en sus ojos rodaba por sus mejillas.
— Se mueven –susurró Jungkook embelesado— se... se han movido.
— ¿Lo has sentido? –preguntó Jimin en un susurro ahogado.
— Sí... —dijo Jungkook con un suspiro— ha sido... Wow.
— Sí –afirmó Jimin.
— ¿Es la primera vez? –preguntó Jungkook con curiosidad.
— Sí —confirmó Jimin sonriendo— nunca antes lo había sentido.
Se quedaron en silencio mientras continuaban sintiendo los movimientos de los bebés, la sonrisa era imborrable en sus labios, y sus ojos mostraban toda esa alegría contenida que ya casi no podían ocultar.
— ¿Pasa algo? –preguntó Taehyung con curiosidad.
— ¡Se han movido! –Chilló Jimin entusiasmado— ¡los bebés se han movido!
— ¡Ahhh! – chilló Taehyung poniéndose de rodillas frente a él y apartó las manos de Jungkook con un golpe.
Jungkook lo miró entornando los ojos, maldiciéndolo por romper ese momento especial con Jimin, pero ya no había caso, nadie podía con la fuerza del huracán Taehyung.
Después de eso todos se dispusieron a intentar sentir los movimientos de los bebés, pero como una broma, ellos decidieron quedarse quietos y Jungkook fue el único privilegiado en sentir algo tan mágico.
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Golpes y flores
FanfictionJimin tiene una relación con Minhyuk, pero él lo maltrata. Una noche Jimin decide poner fin a su tormento y acude a urgencias después de una de sus muchas palizas, bajo el amparo de Jeon Jungkook, médico y su mejor amigo, conocerá el verdadero amor...