Capítulo 24

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Casa de Jungkook – Busan — Domingo 4 de Octubre de 2009 – 02:25 PM

Jimin llevaba casi dos semanas en reposo y se estaba volviendo prácticamente loco. Sus únicos paseos eran hasta el baño y después de vuelta a la cama. Por suerte, había convencido a Jungkook de que en lugar de en la cama lo dejase estar en el sofá, al menos durante el día de hoy.

A lo largo de los días de la semana entre Taehyung, Seokjin y Hee Jin se turnaron para no dejarlo solo en ningún momento mientras Jungkook estaba en el trabajo. Él había dicho que podía pedir sus vacaciones anticipadas para poder ayudar a Jimin en lo que necesitase, pero Hee Jin, siempre con la experiencia por delante, le aconsejó que esperase a que naciesen las niñas para eso, ya que Jimin necesitaría más ayuda después que en ese momento.

Ese domingo todos tenían planes de parejas, así que Jungkook y Jimin tenían el día para ellos solos. Algo que Jimin quería aprovechar al máximo, ya que no había podido disfrutar de la compañía de Jungkook en todo este tiempo porque siempre había alguien con ellos que no los dejaba a solos ni un minuto.

Estaban en el sofá viendo una película, Jimin estaba tumbado con los pies recargados sobre el regazo de Jungkook, y este acariciaba sus piernas con gesto ausente mientras fingía ver la película, pero su mente estaba en otra parte.

No podía dejar de sentirse intranquilo por lo que había sucedido unos días atrás en el juzgado. El juez les había concedido la orden de alejamiento en contra de Soobin, no podría acercarse a menos de cien metros de Jimin ni de la casa que compartía con Jungkook. No era mucho, pero al menos le aseguraba parcialmente que no intentaría nada para atormentarlo nunca más. Además, Hoseok como buen abogado, alegó que quedaba muy poco tiempo para que las bebés naciesen y que la orden también estuviese vigente para ellas, ya que sufrían tanto peligro como Jimin, algo a lo que el juez accedió casi sin pensarlo

Jungkook se sentía tranquilo en parte, sabía que Soobin estaba asustado, además de la orden de alejamiento le habían acusado de amenazas y tenía que hacer trabajos sociales para pagar una pequeña multa. No era mucho, pero al menos la justicia estaba haciendo su trabajo. Eso no podía asegurarle que no volviese a intentar nada, pero al menos podría actuar legalmente solo con que el se acercase un paso de más de lo permitido por la ley.

— ¿Jungkook me escuchas? –lo llamó Jimin por quinta vez sin obtener respuesta.

Jungkook parpadeó confundido unas cuantas veces y después centró su atención en Jimin.

— ¿Qué me decías? –preguntó en un murmullo.

— Que si me ayudas a llegar al baño –dijo el sonrojándose.

— ¿Otra vez? –preguntó él fingiendo sorpresa.

Jimin hizo un mohín e infló los mofletes como un niño pequeño.

— No tengo la culpa de que estas pequeñas diablillos decidan bailar sobre mi vejiga –gruñó molesto.

Jungkook rio bajito y lo ayudó a ponerse en pie, después lo cogió en brazos para llevarlo a uno de los baños del segundo piso.

— ¿Por qué me traes a este? ¿Les pasa algo a os baños del piso inferior?–preguntó el confundido.

— Tú haz lo que tengas que hacer que después ya habrá tiempo de explicaciones –le dijo él haciendo varios movimientos con las manos instando a Jimin a que apurase y acabase cuanto antes

Jimin negó con su cabeza dramáticamente e hizo "lo que tenía que hacer" salió del baño con una sonrisa y sobándose el vientre después de una fuerte patada que le sorprendió.

Golpes y floresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora