Capítulo 14

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Parque de Busan — Domingo 16 de Agosto de 2009 – 10:27 AM

Era un domingo cualquiera en casa de Jungkook... pero el buen tiempo había decidido instalarse en Busan dejando atrás las nubes y la lluvia, no es que hiciese un calor sofocante, pero podían pasearse con poca ropa sin temor a morir de hipotermia.

Jungkook decidió que sería un buen momento para salir a dar un paseo, ese día no trabajaba y se había levantado de muy buen humor, la verdad es que llevaba ya tres días levantándose de buen humor. Él y Jimin habían decidido ignorar algunos de los consejos de Lisa, sobre todo uno en concreto, habían decidido volver a dormir juntos, era algo que no le hacía mal a nadie, Jimin ya estaba mucho mejor, no tenía pesadillas y se sentía mejor consigo mismo. Así que para celebrar su recién adquirida libertad de "cama" como Jungkook la había llamado para arrancarle una sonrisa a Jimin fueron a pasear un rato.

Mientras caminaban entre los árboles Jungkook se dio cuenta de cuánto había cambiado Jimin desde que vivía con él, sobre todo desde que visitaba a Lisa... sonreía más y con más facilidad, dormía las noches de un tirón, sus ojos volvían a brillar y lo más importante para él: no había vuelto a hablar de irse de su casa.

Esos últimos cuatro meses habían sido los mejores de su vida con Jimin a su lado, no los cambiaría por nada del mundo, se sentía bien a su lado, soñaba con poder decirle algún día lo que sentía y que él le correspondiese del mismo modo. Suspiró y disimuladamente sujetó a Jimin de la mano, el miró sus manos unidas con los dedos entrelazados y después miró a Jungkook regalándole una sonrisa.

El corazón de Jimin comenzó a latir más deprisa y un enjambre de mariposas anidaron en su estómago decidiendo revolotear en ese mismo momento. Suspiró y dejó que el calor que desprendía la mano de Jungkook sobre la suya lo inundase poco a poco.

Después de caminar un rato decidieron sentarse en un banco bajo el sol, Jimin se quitó los zapatos y dejó que el césped hiciese cosquillas entre los dedos de sus pies. Jungkook sonrió ante su gesto y pensó en imitarlo, pero se lo pensó mejor y lo miró sonriendo.

— ¿Te apetece un helado? –preguntó mirando fijamente el puesto a unos metros de ellos.

Jimin fingió pensárselo durante unos segundos y después asintió sonriendo.

— De fresa... por favor –dijo en un murmullo.

Jungkook se puso en pie, y después de besar su frente avanzó hacia el puesto ambulante y se puso al final de la pequeña cola que había para comprar.

Jimin miró y sonrió como tonto... estaba enamorado, eso era evidente hasta para un ciego... se preguntó si Jungkook lo habían notado, y si lo había hecho porque no le decía nada, quizás se sentía con obligación de protegerlo y cuidarlo, por eso se callaba, o quizás se estaba haciendo el tonto e ignoraba las señales que Jimin le enviaba inconscientemente para salvar su amistad.

Estaba metido en sus pensamientos con el ceño fruncido y mirando como sus pies movían el pasto que no se percató de que alguien se había sentado a su lado hasta que oyó como alguien se aclaraba la garganta. Alzó la cabeza algo sorprendido y sonriendo, pensando que Jungkook había vuelto antes de tiempo, pero la sonrisa se le quedó congelada cuando vio a quien tenía a su lado.

— Soobin... —susurró.

— Hola Park —dijo el chico con voz desdeñosa mirando a Jimin de arriba a abajo con asco y arrugando la nariz como si oliese mal.

— ¿Qué quieres? –preguntó Jimin.

— Solo saludar a un viejo amigo –Soobin batió sus pestañas y sonrió mostrando sus dientes.

Golpes y floresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora