Mansión Jeon – Afueras de Busan – Domingo 13 de Septiembre de 2009 – 04:30 PM
— ¿Qué hace Sung Jae aquí? –preguntó Jimin a Jungkook cuando llegaron a casa de los padres de este y vio la patrulla aparcada junto al jeep de Namjoon.
— Es tu cumpleaños... querría verte, es lo más obvio –contestó Jungkook encogiéndose de hombros.
Bajó del coche y lo rodeó para abrirle la puerta del copiloto a Jimin y ayudarlo a bajarse de él. Jimin caminó pesadamente hasta la patrulla de su padre, abrió el maletero y cogió algo dentro de él.
— ¿Qué haces? –le preguntó Jungkook frunciendo el ceño.
— Cumplo mis promesas –contestó Jimin con indiferencia y caminó hacia la puerta principal.
Jungkook lo siguió todavía confundido, no sabía a qué venía ese comportamiento en él, pero no preguntó nada más y decidió seguir sus movimientos a ver si descubría algo.
— ¿Namjoon? –llamó Jimin en un grito cuando llegó.
El aludido salió de la puerta de la cocina con dos muffins en cada mano y la boca llena con otro mientras lo masticaba.
— ¿Qufe? –preguntó haciendo que varios pedazos de comida saliesen disparados de entre sus labios.
Jungkook frunció más el ceño y Jimin rio entre dientes. Después alzó el rollo de cordón policial que le había cogido "prestado" a su padre y se lo mostró a Namjoon. Que surcó sus labios en una enorme sonrisa, abrazó a Jimin sin soltar sus muffins y lo alzó unos centímetros del suelo.
Jungkook nervioso comenzó a gritarle a Namjoon para que dejase a Jimin en el suelo y Namjoon reprimía las ganas de reír porque si no se le saldría la comida de la boca. En cuanto estuvo con ambos pies en tierra firme, Jimin miró a Jungkook y rodó los ojos... era un exagerado.
Namjoon comenzó a hacer movimientos extraños con sus manos intentando coger el rollo de cinta, pero eso era un poco complicado si no soltaba antes sus muffins, algo a lo que no estaba dispuesto, pero nadie se atrevería a decírselo, mezclar Namjoon con comida era como si intentases quitarle un hueso a un perro rabioso... mejor no intentarlo.
— ¿Me lo metez en el bolzillo? –volvió a preguntar todavía con la boca llena. Le dio la espalda a Jimin y miró sobre su hombro mientras este batallaba para poder meter el rollo en el bolsillo trasero de jeans... algo matemáticamente imposible.
Después de unos minutos en los que pudo masticar con tranquilidad y tragar, se metió uno de los muffins que tenía en sus manos entero en la boca y cogió el rollo avanzando hacia el piso superior.
— ¡Espera Namjoon! –gritó Jimin— todavía no me has dicho para que lo quieres.
Namjoon dijo algo inentendible porque volvía a tener la boca llena. Jimin dio la conversación por finalizada cuando Namjoon se atragantó y comenzó a toser escandalosamente mientras se ponía de todos los rojos posibles. Pero eso no le importó, siguió su camino escaleras arriba para guardar su nuevo tesoro.
Jungkook pasó una mano por la cintura de Jimin y lo condujo al jardín de la casa, donde todos los estaban esperando, en cuanto cruzaron la puerta de salida los ojos de Jimin se abrieron en shock. Había pedido y casi suplicado que no le preparasen una fiesta de cumpleaños, y esperaba que tanto Taehyung como Seokjin se pasasen sus peticiones por donde quisieran y montasen la fiesta de todos modos, pero no.
Frente a él estaba el enorme jardín de los Jeon decorado perfectamente. En el centro había una gran mesa con un enorme pastel verde en el que se leía "Felicidades papi", globos, guirnaldas, pancartas y lacitos de varios colores en tonos claros decoraban el resto. Toda su familia estaba allí, o al menos las personas que consideraba su familia.
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Golpes y flores
FanfictionJimin tiene una relación con Minhyuk, pero él lo maltrata. Una noche Jimin decide poner fin a su tormento y acude a urgencias después de una de sus muchas palizas, bajo el amparo de Jeon Jungkook, médico y su mejor amigo, conocerá el verdadero amor...