Capítulo 10

6.7K 968 57
                                    

Cárcel de Gimhae – Jueves 25 de junio de 2009 – 06:00 AM

— ¡Arriba bello durmiente! –chilló el guardia desde el otro lado de las puertas.

Minhyuk suspiró resignado e intentó desperezarse. Cuando se estiró, algunos de sus músculos se quejaron, la tarde anterior no había sido su mejor día. Después de que le encargasen ocuparse del servicio de lavandería de la sección norte de la cárcel, volvía su celda dispuesto a echarse un rato antes de cenar, pero se encontró con una escena muy común en las prisiones pero que a él no le convenía haber visto.

Dos hombres fornidos sujetaban a otro por los brazos inmovilizándolo, mientras otro hombre maldecía entre dientes mientras repartía diversos golpes en su cuerpo. Minhyuk podía haber continuado su camino y hacer como que nada había pasado, que habría sido lo más adecuado, pero estaba tan sorprendido de lo que estaba viendo que se quedó paralizado y con la boca abierta.

Uno de ellos se percató de su presencia, y después de dejar a aquel hombre semiinconsciente en el suelo se acercaron a Minhyuk amenazadoramente. Los dos hombres también lo sujetaron a él fuertemente de los brazos, y el otro lo golpeó varias veces en el estómago mientras le repetía que si decía algo no sería solo un aviso como esa vez.

Se estremeció al recordar lo que había pasado, se puso en pie y caminó hacia las duchas después de haber cogido su jabón y su toalla. Mientras avanzaba por el pasillo recordó las típicas escenas de películas malas donde dejaban caer al suelo la pastilla de jabón para violarse unos a otros en las duchas, un escalofrío recorrió su espalda al recordar a Skip y a su primera noche en el calabozo.

Cuando llegó a las duchas los tres hombres del día anterior estaban haciendo un corrillo comentando algo entre ellos, miraron a Minhyuk por encima del hombro y con una silenciosa advertencia en forma de mirada volvieron al tema en él que centraban toda su atención.

Minhyuk se duchó en silencio mientras pensaba en todo lo que le quedaba por vivir, su futuro había caído por la borda. Había estudiado ingeniería siendo uno de los primeros de su promoción, tenía un buen trabajo y era respetado, hasta que Park Jimin entró en su vida. Lo había vuelto loco nada más conocerlo, su belleza natural, su forma de ser... todo en él lo llamaba.

Tanto que cuando consiguió hacerlo suyo juró que lo sería para siempre, y así lo hizo. Consiguió que se fuese a vivir con él, pero... no todo salió como esperaba. Él necesitaba una persona sumisa, alguien que estuviese ahí para él, alguien que cubriese todas sus necesidades, y Jimin tenía demasiada personalidad para ser alguien así. Solo le quedaba educarlo, hacer con él lo mismo que su padre había hecho con su madre.

La primera vez que el reclamó por tener otra relación con Soobin se encolerizó, no fue capaz de contenerse y su puño cerrado impactó con el estómago del chico. Se arrepintió en el mismo instante en que lo vio doblado sollozando en el suelo, pero ya estaba hecho. Se disculpó y le prometió que no volvería a pasar... pero pasó. Una vez más, y otra, y otra, y otra... después de cada agresión él se arrepentía y pedía perdón de rodillas mientras lloraba desconsolado, luego Jimin lo perdonaba y se creía sus promesas vacías.

Así pasó durante un par de meses, hasta que un día salió con sus amigos hasta altas horas de la madrugada, llegó algo ebrio a su casa y cuando cruzó el umbral de la puerta vio a Jimin guardando su laptop en la funda y con una maleta a sus pies. La rabia comenzó a circular por su venas y comenzó a verlo todo rojo... él no podía irse, no, ¡era suyo maldita sea! Tenía que aprender de una vez por todas que él no podía abandonarlo, no podía irse y hacer como que nada había pasado.

Lo agarró con fuerza por una de sus muñecas y lo arrastró hasta el dormitorio, de un empujón lo tiró sobre la cama y Jimin comenzó a llorar suplicándole que se detuviese... pero no lo oyó, en su cabeza solo había una voz que le repetía continuamente "él es mío".

Con varios tirones lo despojó de sus ropas haciéndolas trizas y no le importó que el pobre chico comenzase a temblar de anticipación. Minhyuk nunca había hecho eso, nunca había forzado a nadie para tener sexo. "Siempre hay una primera vez para todo" pensó amargamente mientras se quitaba el cinturón.

Cuando ya se hubo quitado los pantalones y los boxers y se posicionó sobre él. Jimin se retorcía, gritaba, lloraba e intentaba golpearlo para que lo dejase, pero no conseguía nada, Minhyuk estaba decidido. Con mucha rudeza, lo sujetó de las muñecas y lo inmovilizó colocando sus brazos sobre su cabeza, Jimin lo miró con miedo, estaba seguro de que lo haría... que no se detendría.

Minhyuk se rio con burla de la mirada asustada de Jimin, y lo penetró de un solo golpe. El chico gritó y se quedó paralizado mientras las lágrimas continuaban descendiendo por sus ojos. Minhyuk se rio a carcajadas de él... era suyo, tenía que estar siempre dispuesto para él, si no lo estaba y le dolía... era su culpa.

Cuando ya se hubo saciado de él se puso en pie y se colocó las ropas con tranquilidad. Mientras él se encogía y lloraba en silencio. No contento con lo que había hecho, y con el alcohol todavía corriendo por sus venas, mezclándose con la rabia de saber que el pretendía escapar cuando él no estaba. Lo sujetó de nuevo por las muñecas y lo arrastró hasta el baño. Buscó una navaja en su bolsillo y se dispuso a dejarle un recordatorio de a quién debía obedecer... de quien era su dueño y el que mandaba sobre él.

Lo peor fue cuando le dijo que estaba embarazado... ¿es que ese chico era estúpido? ¿Cómo se le ocurría embarazarse? Él no quería hijos, no quería continuar con la semilla de su padre, aquel que lo había golpeado innumerables veces cuando era niño. Él no sería el culpable de que el apellido Kim siguiese su curso... no. Jimin tenía que deshacerse de esa "cosa", no podría soportar vivir en un mundo donde sabía que otro ser vivo llevaba el nombre que su padre orgullosamente le dejó.

Lo intentó, golpeó su vientre con saña para deshacerse de aquel engendro, repitiéndole palabras hirientes para que abandonase su cuerpo lo antes posible. Pero Jimin consiguió escapar. Con un garrote, que antes había sido la pata de la mesita de café que le regaló su madre cuando se mudó, golpeó con todas sus fuerzas la pierna de Minhyuk, éste perdió el equilibrio y cayó hacia atrás golpeándose la cabeza y quedando ligeramente aturdido, el aprovechó para escapar y buscar ayuda.

Y ahora... ahora estaba condenado por su culpa, su futuro se había truncado, sus sueños, sus esperanzas... todo se había ido al caño porque a ese niño mimado se le ocurrió denunciarlo y sus adorados Jeon fueron al rescate. Pero eso no se quedaría así, no... se vengaría y sabía muy bien cómo.

Minhyuk fue arrancado de sus pensamientos cuando tropezó con alguien en su camino... miró al hombre con el que había chocado para disculparse y la sangre se le heló en las venas... Skip.

— Hola princesita –lo saludó con voz ronca y una sonrisa ladeada— me alegra verte por aquí.

Minhyuk tragó en seco y comenzó a temblar mientras veía como dos policías escoltaban al hombre hasta su celda. Su estadía en la cárcel sería más dura de lo que había pensado en un primer momento.

Nos leemos el martes... Cuídense mucho... Besitos...

Golpes y floresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora