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Capítulo cinco.

||Dedicación: Leg_27  ||

||Dedicación: Leg_27  ||

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Narra Aegon.

Pasado.

   Sequé el sudor frío de mi frente con mi mano derecha. Mi pecho subía y bajaba sin parar, demostrando que mi corazón se había acelerado y mi respiración se había cortado. Mi cuerpo entero sudaba en exceso, y eso me asustó. Reaccioné antes de volverme loco por recordar lo que soñé, levantándome de la cama y dirigiéndome al cuarto de baño. Me dí una cálida ducha larga, tranquila, intentando relajar los músculos de mi mente para que no se esfuercen en recordar aquello por lo que tanto me esmero en no traer nuevamente.

Estaba cansado de intentarlo.

Habían pasado dos meses. Dos meses sin salir de éste lugar, sin ver a otras personas que a estas dos mujeres. Y sólo hablaba con una de ellas, la otra no quería dirigirme la palabra y tampoco tenía intenciones de hacerlo. Ninguno quería hablar con el otro y eso me daba algo de paz. Pero debo admitir que cada día se volvía más pesado que el anterior por el simple hecho de ver las mismas caras una y otra vez, de no dejar de sufrir mentalmente y de no poder sentir un poco de esa acción que necesito en mi vida.

   Me coloqué los pantalones y salí de la habitación, bajando a la cocina porque moría de hambre. El frío golpeó mi pecho desnudo y no sentí absolutamente nada. Llegando al lugar, oí la voz de Ethilyn quejarse. No ví a Amerie por ningún lado, y eso me dió algo de satisfacción porque tendría paz un rato. Entré al lugar, viendo a la anciana con un pedazo de papel entre las manos. Fruncía su ceño arrugado y negaba, furiosa.

—La reina es un desastre —se quejó.

   Ignoré su mirada de reojo y me dirigí a servirme una taza de té. Moría de hambre, pero no había nada a la vista como para poder devorarme.

—¿Qué reina, Ethilyn? —pregunté, interesándome inútilmente en sus insultos.

   Golpeó la hoja de papel con una de sus largas uñas, haciendo resonar eso por el lugar de una manera terrorífica.

—La nueva reina de Futuro, la tal Hera Zabat —aclaró Ethilyn.

   Relamí mis labios resecos por el frío y me llevé la taza de té a la boca, dándole un largo sorbo antes de darme media vuelta y preguntar:

—¿Futuro tiene una reina? —interrogué, dándome cuenta que sabía poco y nada de todo ésto.

   Ethilyn se acercó a la hoja de papel, cerrando un poco sus ojos para enfocar con claridad la letra y lanzarse en su asiento hacia atrás, impresionada. Separó los labios al decir:

—Que los dioses nos protejan —pidió. Seguía con la mirada en el papel, atenta, como si esperara que la tal reina Hera saliera de allí—. Esa mujer, según las cartas que me mandan los de los periódicos del pueblo, se volvió reina de Futuro siendo de Pasado hace un tiempo.

Mayor Verdad © [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora