Capítulo veinticuatro.
||Advertencia: contenido sensible ||
Narrador omnisciente.
Los pies de la generala de guerra se deslizaban por el suelo del castillo de Arce, pasando por todas las habitaciones para alertar a todos de la amenaza y el plan presente. Llegó a la puerta de la habitación de la princesa de Futuro y tocó antes de empujar, adentrándose sin permiso y con prisa. La niña de cabellos oscuros y claros ojos estaba de pie al final de la cama con un arco entre los dedos. Frente a ella, en la pared, una flecha había sido clavada sin un blanco previo, lo que quizá fue un descargo de ira. Cristel no dijo nada al respecto, quizá dejando pasar que la heredera podría ser capaz de asesinarla de un flechazo porque probablemente tenía la misma puntería que su madre.
—Necesitamos marcharnos, majestad. El enemigo está por llegar —le informó.
Y Haylee no dudó en hacerle caso a su guardiana, saliendo de los aposentos junto a ella. La generala antes de salir, extendió su mano hacia aquella mesa de madera en el cuarto de la niña para tomar algo que la reina madre había olvidado por completo. El rostro impasible de la princesa fue algo que aterró a la generala porque la niña solía ser de las personas más felices que conocía. Y en este momento, podría ser la decepción en persona.
Ambas caminaron juntas a la par hasta el salón del trono, donde probablemente estarían todos presentes. Las puertas de este lugar se abrieron cuando los guardias las dejaron pasar y Cristel les indicó que ellos también se sumaran a la conversación que estaban por tener con los demás. Tal y como lo pensaron, todos estaban allí presentes. Aegon, Amerie y Lucille hablaban en una esquina, el primero ya sin sangre por el cuerpo que cubriera todo ese bello rostro repleto de expresiones. Zeth hablaba con Echo y Hades, mientras que Myles, Lizzie y Hécate escuchaban atentamente, esperando poder pensar algo que ellos no. En cuanto sintieron la potente presencia de Cristel y el rango de Haylee cerca, voltearon en su dirección. Lo único que la guardiana de la princesa pudo decir sin que le interrumpieran antes, sin darles el tiempo de contradecirla al respecto, soltó en un solo respiro:
—Tenemos que irnos ya mismo —advirtió—. El enemigo viene.
Y ni siquiera tuvo que dar más explicaciones porque comenzaron a moverse en busca de armas. El único que no movió un dedo mientras todos se preparaban para marcharse, fue Zeth, quién observaba a Haylee con esa seria mirada vacía de emociones y tan fría que podría congelar un continente entero. Los claros ojos de la niña Petrov impactaron en el azúl de los ojos de su regente, quizá con una pizca de desafío en ambos. Pero las palabras de él no fueron hacia ella específicamente.
—¿Quién autorizó la orden de evacuar sin un plan? —preguntó Zeth, furioso.
La generala de guerra dió un paso al frente, intentando explicarse, pero no fue su voz la que impactó en el ambiente al responder al regente.
ESTÁS LEYENDO
Mayor Verdad © [TERMINADA]
FantasySegundo libro de una bilogía [Bilogía Contradicciones]. Una reina, una asesina a sueldo y una mujer furiosa. Hera Zabat. Era hora de que la asesina a sueldo lama sus heridas dentro del castillo de Arce, donde la familia real ya no existía. Pero lo...