Capitulo 11.

817 134 9
                                    

—Ada, ¿Por qué te agrado?—Pregunto Beatrice—Digo, ¿Por qué yo entre tantas personas? A ti no te cae bien nadie.

Sostenía el helado de fresa que le regalé, se derretía y caía por su mano, manchando sus guantes de cuero rosa. La observe fijamente, detallandola. Me pregunté lo mismo, ¿Porqué me caía bien ella? Que siempre estaba parloteando de anime y manga, que odiaba la literatura oscura y de misterio, y amaba los libros románticos, y le daban miedo las películas de demonios y terror. ¿Porqué era mi amiga si eramos como agua y aceite?

Ese día, como siempre, tenía un bonito y exagerado delineado con formas extravagantes, vestía con un pantalón ancho y rasgado, tenía una camisa blanca con rosas blancas, su cabello, con mechas rosas, estaba atado en dos coletas altas, dándole un toque juvenil, y sus enormes lentes le daban un aire nerd, que me parecía tierno. Mientras que yo tenía un maquillaje ligero, traía una falda de cuadros roja y negra, con una camisa de mangas largas negra, que se ceñía a mi cintura, tenía una coleta alta. Si nos vieran separadas, jurarían que somos de mundos distintos.

¿Entonces, porqué.. éramos amigas?

No le pude contestar...nunca le pude contestar esa simple pregunta. Fue la primera vez que no tuve una respuesta.

El timbre me saca de mis pensamientos, cierro el cuaderno, la clases han terminado, y la gente se precipita hacia la puerta. A la profesora parece saberle a mierda que todos se estén matando por salir de clase, a pesar de que lo primero que les dijo fue que salieran con calma y sin desorden.

El salón queda vacío en cuestión de segundos, y un momento después, la profesora termina saliendo también, lo que me indica que tengo que empezar con mi plan.

Espero unos treinta minutos, miro hacia la ventana, está muy oscuro, y parece que lloverá, típico de los días de noviembre en Italia, apenas son las seis, pero pareciera que fuera más tarde.

—¿Sabes lo que tienes que hacer, Caín?—pregunto, él ríe.

Niña, siempre se que hacer.

—Bien.

Tomo mis cosas y las meto en el bolso. A esta hora ya la mayoría de los alumnos se han ido, pero aún quedan quisquillosos en los clubes, y debo vigilar que sucede en la escuela despues que todos se han ido.

Salgo a los pasillos, escucho voces lejanas, pero todas son en dirección a la salida, respiro profundo, este año hace más frío de lo normal en Italia, tanto que puedo ver cómo se condensa mi aliento en el aire. Camino en dirección a las aulas del fondo del edificio, dónde están ubicadas las clases especiales, los clubes.

Aún hay mucha gente en el edificio, niña, ten cuidado—Me advierte Caín, puedo notarlo, aún hay aulas que tienen gente, también hay chicas. Lo cual me saca de quicio.

Para no alterar el pánico y la credibilidad del instituto, el director Burgos dió un comunicado, diciendo que las desaparecidas no tenían nada que ver con la institución, y que fueran compañeras era solo una coincidencia, que lo más probable habrían escapado, debido a la presión de sus padres por las notas y la rudeza del sistema educativo en la preparatoria. Una vulgar mentira. Pero fue creída "es normal que una que otra chica escapé, siempre ha pasado" es lo que dijeron, y en parte tienen razón, pero es irónico que hayan escapado 13 chicas en menos de un mes, y más ridículo todavía que esa chicas fueran las más inteligentes de sus grupos

He investigado mucho, y conseguí información importante que me ayudo a crear un patrón casi imperceptible. La mayoría de las alumnas que han sido raptadas son las más inteligentes, pero además de eso, tienen un rasgo similar. Todas eran líderes o integrantes de uno u otro club, todas se quedaban hasta muy tarde en actividades extracurriculares.

CAÍN. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora