Capitulo 28

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[El capítulo contiene contenido sexual, se recomienda discreción]

—¡Desgraciados, como se les ocurre interrumpir precisamente ahora!—Se queja Caín.

Tengo en celular en la mano, tratando de entender los sonidos que salen del altavoz. Reconocí la voz al instante, le pertenece al nieto mayor de la cabeza principal del clan Virtonelli. Hang Virtonelli.

¡Fiorella, no sabes cuan preocupado estuve por tí!

Mariano Virtonelli, jefe del clan Virtonelli, el hombre con más poder sobre el bajo mundo, según la jerarquía actual de la mafia. Tuvo 15 hijos reconocidos con su mujer, la emperatriz de la mafia, Carlota Virtonelli, los cuales 5 son hombres, que están disputando por ser los próximos a la cabeza y otras 10 que son mujeres y fueron casadas con los hombres más influyentes del mundo, creando así lazos cruciales con la sociedad, así se ha mantenido el clan Virtonelli cómo el más poderoso.

La hija menor fue prometida a muy temprana edad con el príncipe de Singapur, Hakha Mou, cuando aún tenía 13 años y contra todo pronóstico, fue la primera en darle descendencia a su familia, naciendo así el primero de la generación, Mou Hang Virtonelli, su madre lamentablemente, no sobrevivió al parto.

Hang con 2 es no solo el principal heredero de el hombre más influyente de toda Asia, sino también el candidato favorito a ser el próximo líder de la mafia Italiana. Los clanes combiguos lo respetan y según fuentes, es un negociante directo y despiadado que siempre consigue lo que quiere.

No sabes cuánto estuve llorando por pensar que jamás volverias a mirarme con odio, desgraciada—Solloza, y siendo completamente sincera, no parece que fuera muy despiadado.

—Ni sibis cuinti istivi llirindi—Se mofa caín, haciendo ademanes con sus manos.

Ruedo los ojos, ignorando la infantil acción del demonio, para responderle a Hang—Estoy viva y te seguiré observando con odio, así que no te preocupes.

No sabes cuanto quise ayudarte, Ada...—Las palabras resuenan en mi cabeza, abro la boca para responder, pero antes de poder hacerlo, Caín me arrebato el teléfono.

—Sí tanto quisiste ¡¿por qué no lo hiciste?!—Grito al auricular y casi al instante aplastó el celular con su mano, me quedo atónita, lanza el celular a una esquina y voltea a verme, con la mandíbula apretada.

—Ese teléfono era nuevo sabes.

—Puedes comprarte otro—Resongo, echando la cabeza hacia atrás, su cabello blanco se mueve un poco y sus ojos se cierran—Niña, tengo hambre.

—¡¿Y qué diablos esperas que yo haga?!

—¿Por qué no le dices a esa chica de allá que me prepare algo?—pregunta, señalando a Flora, que sigue recostada de una esquina, temblando y llorando—Le afecto mucho verme.

Lo observo de reojo, parece un asesino desquiciado, y si me pongo a pensarlo bien, lo es. Caín gira los ojos y me observa, antes de sonreír.

Siento que la sangre se me sube a la cara—Flora dale las sobras de la cena ahora.

Flora se levanta aún temblando y corre a la cocina, giro el cuerpo en dirección a la puerta, pero me detienen, Caín toma mi cintura con sus manos enormes y me gira, obligandome a verlo.

—Creo que comeré el postre primero.

Trago duro, sintiendo mis piernas flaquear, tiene la mirada brillante y las pupilas dilatadas. Su cabello está echo un desastre y está lleno de sangre por todos lados, hasta en sus dientes afilados.

CAÍN. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora