Especial 5k

394 49 11
                                    

"¿Kael... de verdad me ama?"

—¡Maldición!

Tomo la cómoda a unos centímetros de mí y lo aviento, logrando que se haga añicos al estrellarse contra la pared.

—¡Lo mataré!

Lanzo los cosméticos al aire, las fragancias de los perfumes se meten por mis fosas nasales cuando se esparcen por el suelo y me provocan más furia, tomo la mesa de madera con ambas manos y la destrozo entre mis garras. Tratando de alguna forma, relajar mi cuerpo.

—Puedes dejar de destrozar cosas Caín, estás asustando a las criadas.

Giro mi cabeza y observo de donde proviene la voz. Creí que Ada había advertido a todos sobre venir a esta parte de la casa. El castigo es la muerte instantánea.

Pero el que está en la puerta, es el que menos hubiera esperado. Dorian está recostado en el marco de la puerta, sosteniendo una pipa en sus dedos. No siento la más mínima pizca de miedo en él, está tan sereno que me es casi imposible decir si está aquí o no.

Me giro, tratando de no mirarlo—¡Lárgate! Odio a la gente.

Casi podria jurar que sonríe—Al parecer también odias los muebles.

—¡¿Qué mierda quieres?!

—¿Por qué estás tan molesto? Normalmente es Ada la que explota en furia, no tú.

Siento náuseas de nuevo. Mi cuerpo vuelve a reaccionar a mis emociones y siento que quiero asesinar a todo el que se me ponga en frente. Solo por ese maldito ruso marica que cree que puede poseer lo que es solo mío.

—¡Ella es mía, asqueroso cabrón! ¡Te picare en pedacitos!

"¿Tiene problemas con su matrimonio?"

Mi puño viaja y se estrella contra la pantalla, hundiéndose en ella, hay un par de chispas, pero termina por apagarse. Dorian me observa perplejo, su labio se pega a la boquilla de la pipa, para después botar una nube de humo con forma de aro.

—No pensé que te disgustaran los comerciales de viagra también.

El rubio camina por la habitación destruida, observando con tranquilidad los estragos que ha creado mi ataque de ira, después de eso, procede a sentarse en la orilla de la cama, rodeado de plumas por las almohadas desgarradas.

—¿Todo esto por el compromiso de Ada? ¿sabes que es solo de nombre verdad? Ada no va a sentirse atraída por un hombre así.

Trato de convencerme de ello, pero entonces las palabras de ese ruso imbécil hacen eco en mi mente, seguida de la reacción de Ada y no puedo evitar sentirme aterrado.

¿Aterrado? ¿Por qué habría estar aterrado un ser de infinito poder, un demonio traído del mismo infierno? ¿por qué?

Porque se que mi única debilidad, la única persona a la que no puedo controlar a mi antojo, por mas que intente. Ada, es tan impredecible como el maldito viento. Sigue creyendo que solo me importa follar con ella y no se como carajos hacerle entender que no es así. Porque cuando trato de decirle algo, siempre me toma de bufón.

Apreto mi cuero cabelludo con fuerza, tratando de calmarme, Dorian me observa en silencio, al parecer entretenido por todo mi espectáculo.

—Dime Caín, ¿Por qué sientes tanto miedo de que Ada se case? ¿Temes que ya no te necesite y pases a segundo plano?

¿Pasar a segundo plano? No, no, soy su dueño, ella hizo un trato conmigo, tanto su cuerpo y su alma son míos, son de mi pertenencia.

—No, más bien siento miedo de que me diga "Oh, Caín, he conseguido una persona con la que me siento completamente plena y feliz, es mucho más guapo que tú y más varonil, con su barba y su oscuro y sedoso cabello de comercial y sus tatuajes y su seriedad y cómo es una persona importante e influyente en el bajo mundo me protegerá, no necesitaré de tus servicios nunca más, eres libre de ir en busca de otra mujer que si te quiera, porque yo no"—Hablo, simulando la voz de Ada. Dorian queda boquiabierto—¿Me entiendes?

CAÍN. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora