11. Isla de Jeju

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Parte 1

—¿Hace frío no?

YoonGi solo asintió con las orejas calientes. Estaba seguro que el enrojecimiento en sus mejillas era más que notorio. Muy por dentro sintió que el pelinegro se burlaba entre líneas de él, pero no podía asegurarlo con certeza.

—Estas más callado de lo normal—Dijo Park mientras caminaban hacia la estación del metro—El ejercicio debe de haberte...agotado.

El rubio abrió los ojos en grande, sintiendo que se atoraba con su propia saliva. Miró de reojo a un Park JiMin que se regocijaba en su reacción, con una sonrisa ladeada. Desde que lo recogió en el hotel, hasta que caminaron hacia el metro no pudo dirigirle la mirada directamente. Todavía se sentía muy avergonzado por sus acciones de una hora atrás.

—Soy callado, ya deberías de estar acostumbrado—Respondió YoonGi esquivando todo lo relacionado al ejercicio, adelantándose un poco.

—¿Sabes por que comencé a tenerte envidia a pesar de no conocerte? —Dijo el pelinegro

—No sé, no leo mentes.

JiMin rio. Entraron al metro y buscaron la terminal que los llevaría a su destino.

—No puedo contigo Hyung—JiMin le acarició inconscientemente la nuca, en un movimiento muy fugaz. Tan rápido como lo hizo, se detuvo, aunque le encantó el estremecimiento que causó en el mayor—Te tenía envidia porque Dahyung te pintaba como alguien irreverente, dices y haces lo que se te viene en gana.

—Tampoco soy un delincuente, hablas como si hubiera salido del reformatorio.

—Me refiero a que tu...no le tomas importancia a lo que digan los demás—YoonGi no pudo evitar sentirse un poco conmovido por la mirada triste del menor. Intentó sacudirse esos sentimientos de su cuerpo, pues en algún momento de su vida también le daba bastante importancia a lo que decían los demás.

Sobre todo, cuando recién salía del closet y estaba al pendiente de su comportamiento. Recordó como no quería llamar la atención, de no mirar a otro chico por mucho tiempo o no revelar mucho de si mismo.

Pero todo eso le valió tres grandes vergas cuando comenzó a hacer su vida.

—No le tomo importancia a los demás, porque ellos no me dan de comer, es mi vida—Se encogió de hombros— No tengo porque dar explicaciones a nadie, no es tan difícil Park.

—Tu no tienes unos padres como los míos Hyung

—Pero alguna vez los tuve.

—¿Por eso huiste a Boston?

YoonGi lo miró con mala cara, mientras se preparaban para entrar al metro.

—Yo no huyo de nada mocoso, además no fue necesario, no vivo con mis padres desde que tengo quince. Solo hemos sido mi abuela y yo hasta que decidí mudarme.

—Preséntamela

—¿Y eso por qué?

—Necesito conocer a la persona que forjo menudo carácter— El pelinegro le guiñó un ojo.

YoonGi boqueo un poco desconcertado. El sonido del metro acercándose los puso en alerta a ambos para ingresar.

Lo que ninguno de los dos advirtió antes de tomar el metro, fue la hora punta. El reloj marcando la 1:00 p.m. solo era señal de una cosa. Personas saliendo a la hora del almuerzo, turistas, estudiantes que terminaban las clases de media mañana, trabajadores part time. Todos ellos con el solo objetivo de tomar un metro a su destino.

Dama de Honor • JimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora